Los misterios de Expocoruña

A CORUÑA

03 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El anuncio de la Cámara y la Confederación de Empresarios de abandonar el patronato de Expocoruña cayó como una bomba en la corporación municipal y la Xunta. El alcalde, Carlos Negreira, habitualmente mesurado, no pudo contener su malestar poco después de que ambas entidades anunciaran su renuncia por entender que no se contaba con ellos en la gestión. «Que cada cual se atenga a las consecuencias de sus actos», dijo Negreira. Los desencuentros del regidor con el presidente de los empresarios, Antonio Fontenla, no son nuevos. Arrancan de las denuncias del PP sobre Someso y ya incluyen varios choques sonados. Pocas horas antes de declarar el concurso en su empresa familiar, Fontenla acudió a María Pita para reprochar a Negreira su situación extrema por la negativa del gobierno local a pagar algo más de 4,2 millones de euros correspondientes a la urbanización de la avenida de la Universidad. Hace escasas semanas, Fontenla acudió personalmente al consejo de administración de Emalcsa para anunciar su salida del mismo, del que formaba parte desde su constitución, para demandar al Ayuntamiento.

Las dudas. Aunque oficialmente todas las partes intentan desvincular la salida de la Confederación de Ifeco de ese conflicto particular, en privado nadie esconde sus sospechas. Pero más sorpresa ha causado aún la marcha de la Cámara de Comercio. El ente cameral fue el encargado de liderar el arranque del recinto ferial y fue su director general, Gonzalo Ortiz, el que asumió de forma directa la gestión de los primeros años de Expocoruña, así como la contratación de su primera directora y otros empleados. Ortiz sigue como número dos de la Cámara, pero el cambio de gobierno provocó que Ayuntamiento y Xunta, que aportan la práctica totalidad de los fondos, decidieran gestionar directamente el recinto. El presidente de la Cámara, Marcelo Castro-Rial, que también es consejero del Puerto, alegó su falta de acuerdo con una ley vigente desde el 2006. Y en María Pita las preguntas retumban: ¿Por qué ahora? ¿Es decisión suya? ¿Ha sido influido por Fontenla? ¿Y por Gonzalo Ortiz? Los empresarios también tienen su lista de agravios. Aseguran que no se cuenta con ellos, que se enteraron del nombramiento del nuevo director por el periódico y que llevan más de un año esperando una reunión con el alcalde para expresar su malestar y que no han sido ni recibidos ni escuchados.

Derechos y vandalismo. La otra imagen de la semana son los daños causados en las oficinas del 061 en Eirís. Apenas iniciada una nueva huelga en el sector por las reivindicaciones laborales de los trabajadores de las ambulancias, el complejo ardía por los cuatro costados y quedaba inutilizado. No es el primer incendio grave. En la anterior movilización se quemó la más moderna ambulancia medicalizada. Y otros muchos vehículos dañados. Y eso no es lucha sindical, sino vandalismo que no debe quedar impune para evitar que se repitan esas salvajadas. Hay indicios claros.