«Tenreiro es el más cosmopolita»

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Pedro Vasco, ante algunos de los autorretratos de Tenreiro que se exponen en Belas Artes.
Pedro Vasco, ante algunos de los autorretratos de Tenreiro que se exponen en Belas Artes. Gustavo Rivas< / span>

Más de 200 obras del pintor se exhiben por primera vez en Belas Artes

04 nov 2012 . Actualizado a las 07:02 h.

A veces salía de Madrid en moto para pasmarse ante los paisajes de Castilla y plasmarlos en un cuadro. Con el mismo medio de locomoción se plantaba ante la fachada de Notre Dame, en París, o iba a la procura de la obra de sus pintores de referencia. Antonio Tenreiro Brochón (A Coruña, 1923-2006), hijo del reconocido arquitecto Tenreiro, dejó una prolífica obra pictórica que puede verse hasta fin de año en el Museo de Belas Artes en una exposición comisariada por Pedro Vasco.

-En el panorama gallego, ¿dónde sitúa a Antonio Tenreiro?

-Es uno de los pintores más importantes, un autor clave para entender el arte contemporáneo actual gallego, que es un arte que está sin refrendar a nivel nacional, sin valorar, porque el arte gallego sigue siendo el eterno desconocido de España. Entre los años 40 y 60 Tenreiro es el pintor más cosmopolita, el más universal de la pintura gallega. Su orientación cultural es universalista y exponía en Suiza, en Suecia, en Finlandia, viajaba a Alemania, a Bélgica, a Francia; domina seis o siete idiomas, tiene una cultura enorme.

-En Tenreiro, ¿la pintura pudo más que la arquitectura?

-Llega al arte desde la vocación y desde el interés personal. Sus genes le tienen destinado a la arquitectura, y se hace arquitecto, pero tiene que romper. Le roba horas al sueño para coger la moto y encontrarse con Castilla, quedarse asombrado y resolver los paisajes en el cuadro con el yo arquitecto: con dos líneas traza un horizonte que parece infinito, agranda el cuadro como si fuera de cinco o seis metros. En Madrid vive sus tres mundos: la arquitectura, con su amigo Molezún, la segunda Escuela de Vallecas promovida por Benjamín Palencia, y la bohemia y la vanguardia de la galería Buchholz.

-Sin olvidar Galicia, ¿no?

-En los años 80 se aleja del mundillo madrileño. En Galicia sigue pintando para él mismo y alejándose más del espectáculo del arte. Va dejando una obra con una energía tremenda, rompedora, que es la cuna de la vanguardia, el origen de la plástica actual. Este es el primer paso para reivindicar a uno de los grandes del arte gallego desde el estudio y la racionalidad de una exposición científica sobre toda su obra con más de 240 obras de las que unas 200 son inéditas.