El exfutbolista Donato y un surfista alertaron a los servicios de emergencia tras ver como el escalador pedía auxilio
08 oct 2012 . Actualizado a las 12:14 h.El chico estaba haciendo pared, que es como los escaladores llaman a buscar rutas por entre las rocas de un acantilado en Oleiros. Y al llegar a la altura de la glorieta de Che Guevara (Bastiagueiro), se quedó atrapado. Sin poder avanzar ni regresar sobre sus pasos. Unos surfistas lo vieron. El exfutbolista Donato también, pues su casa está a los pies del precipicio. Dieron la voz de alerta y hasta allí se desplazaron los bomberos de Arteixo, que tras dos horas de duro y difícil trabajo lograron rescatarlo. Ileso.
Eran las seis de la tarde cuando comenzó la operación de rescate. Nada más llegar, los bomberos de Arteixo comprobaron la dificultad que se les venía encima, pues el acantilado estaba lleno de maleza y pequeños arbustos que tuvieron que cortar incluso con motosierra para poder acceder a él haciendo rápel.
El joven se encontraba en una pequeña cornisa, en una zona en la que las rocas no eran seguras. Tanto es así, que cuando llegaron junto a él, parte del saliente en el que se encontraba, a 15 metros de altura, se vino abajo. Hasta esa cornisa bajaron los miembros de rescate. El joven estaba perfectamente y, dado su buen estado de forma y el hecho de que subirlo por la pared podría resultar peligroso debido a la debilidad de las rocas y la abundante maleza, se optó por descenderlo hasta el mar, donde unos surfistas prestaron sus tablas para acercarlo a la orilla.
En un principio, se valoró el rescate por aire. Pero se prefirió hacerlo como se hizo al comprobar que el escalador se encontraba perfectamente, tranquilo y no corría peligro alguno en el lugar en el que se encontraba.
Los bomberos de Arteixo, ayudados por la Policía Local de Oleiros y una dotación de la Guardia Civil, se encargaron de un operativo seguido muy de cerca por un grupo de surfistas que se acercaron al acantilado.
También siguió muy de cerca el rescate el exfutbolista Donato. Abrió las puertas de su casa a los rescatadores para que, desde ahí, se bajara al lugar en el que se encontraba el joven, que ni siquiera tuvo que ser atendido de lesión alguna. Y mostró mucha tranquilidad.