Los exempleados de la Torre se encadenan a la estatua de María Pita

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A CORUÑA

«El problema lo tienen con la empresa, no con el gobierno», apunta el portavoz local

10 mar 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Por sorpresa, coincidiendo con una rueda de prensa convocada por el Ayuntamiento, los extrabajadores de la torre de Hércules se encadenaron ayer a la estatua de María Pita para reclamar que algún concejal del gobierno local les recibiera para tratar de su situación laboral, ya que desde que el Ayuntamiento ordenó rescindir el contrato con su empresa, concesionaria del servicio de mantenimiento del monumento, no perciben ningún tipo de ingreso, ya que no pueden solicitar la prestación por desempleo.

Pero su petición no fue atendida. A pesar de los gritos insistentes de los diez manifestantes para que el alcalde o la concejala de Turismo, Luisa Cid, bajase a hablar con ellos, ningún edil accedió. Lo que provocó que otros ediles, como el responsable de Servicios Sociales, Miguel Lorenzo, fuese increpado por los manifestantes, que le reclamaban insistentemente que intercediese para que el alcalde los atendiese.

El gobierno local, por boca de su portavoz, Julio Flores, contestó a los exempleados de la Torre con el mismo argumento que ha reiterado en las últimas semanas, asegurando que «estaban trabajando de forma ilegal desde junio del 2010» cuando venció el contrato de prestación de servicios. «Los trabajadores tienen un problema con su empresa, que ha admitido trabajar en una situación ilegal, no con este gobierno», remarcó Flores, que aseguró que «hemos hablado largo y tendido con los trabajadores».

«O que houbo foi un monólogo», le replicaba Óscar López, uno de los exempleados del faro, que denunció que pidieron una reunión hace dos meses y que aún no han sido recibidos. «Isto é un pulso e é persoal, sentímonos acosados», apuntó, criticando el cambio de opinión del gobierno local, «que primeiro dixo que ía contratar outra empresa e que agora inventouse unhas prazas temporais», lo que a su juicio no es más que una maniobra para impedirles reclamar judicialmente el derecho a la subrogación que podrían pedir si fuese una empresa privada la que retomase el servicio.

Los trabajadores mantuvieron la protesta hasta última hora de la tarde, cuando se desencadenaron del monumento. Antes de abandonar la plaza, arrojaron una bengala en el pebetero de la estatua, sin causar daños materiales, según informó el Ayuntamiento.

Negreira niega la improvisación

Por su parte, el alcalde negó ayer en Radio Voz que haya improvisación en la Torre y subrayó que el Consorcio de Turismo ha decidido «de forma unánime» convocar un concurso público para cubrir las plazas.