Uno de lo grandes magnolios, muerto por exceso de urea

La Voz

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04 mar 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Es, sin duda, una muerte anunciada. Uno de los magníficos magnolios con los que cuenta Méndez Núñez está seco, sin hojas, sin vida. Pendiente de su retirada. Y la causa de la muerte de este coloso, según se temen los técnicos de los jardines municipales, es exceso de urea. Están realizándole las pruebas pertinentes, pero todo parece indicar que el árbol fue víctima de la incontinencia urinaria, la mala educación y las carencias higiénicas de un sinfín de visitantes que utilizaron las raíces del magnolio como un retrete.

Se trata de un árbol robusto, una especie que, a la vista está con buenos ejemplos en los mismos jardines, se da más que bien por estos lares. Una criatura preparada para soportar cualquier inclemencia meteorológica, temporales, sequías e, incluso, algún pis ocasional de algún perro. Pero lo que no ha soportado es el ataque continuo y reiterado, el envenenamiento progresivo al que ha sido sometido botellón tras botellón.

Y no es la única diana sobre la que aliviarse los jueves y los sábados por la noche. Una de las grandes joyas con las que cuenta Méndez Núñez, el haya centenaria, ha suscitado la preocupación de los encargados de los jardines municipales. Están realizándole una serie de análisis para comprobar si sus sospechas son fundadas y, en efecto, una concentración de orina sobre sus raíces puede llegar a afectarle.

Remedios efectivos

Por ese motivo se está barajando la posibilidad de vallar el haya, cercar el árbol con una serie de barreras que impidan el acceso a sus proximidades. Pero el problema que suscita entonces es doble. Por un lado, la cuestión estética. Unas vallas en medio de uno de los parterres desentonarían enormemente y las propias raíces del enorme árbol hacen inviable cercarlo con un seto. Y el segundo dilema vendría por su efectividad. ¿Hasta qué punto unas vallas funcionarían como obstáculo disuasorio para los vándalos?