El poblado chabolista de A Pasaxe será erradicado sin ayudas económicas

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

ÓSCAR PARÍS

No habrá dinero para los residentes como en Penamoa, sino políticas de integración laboral

08 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Encarrilada la desaparición del poblado de Penamoa, el Ayuntamiento ha vuelto la mirada hacia el asentamiento de la Conservera Celta. Servicios Sociales pretende sacar de ese agujero a las 300 personas que ahí malviven. Pero no lo quiere hacer como se hizo en Penamoa. Será distinto. Sin tanto dinero de por medio, sin dar grandes cantidades a los allí residentes para que abandonen. Pero con políticas de integración laboral. No se trata, según fuentes del gobierno local, de «darles un pez, sino de enseñarles a pescar».

Y para eso habrá cañas, promete el concejal de Servicios Sociales, Miguel Lorenzo. Recientemente, afirmó tener claro que la actuación que llevará a cabo el Ayuntamiento en el asentamiento de A Pasaxe será «muy distinta a la de Penamoa, pues no va a ser como antes, no vamos a acabar con el chabolismo a golpe de talonario». Además de subrayar que «buscaremos la inserción laboral, que es lo que se ha olvidado en Penamoa», con la colaboración de entidades de empleo social, indicó que este caso parte de puertos muy distintos. Mientras que en Penamoa los terrenos eran principalmente municipales, todo lo que rodea la Conservera Celta tiene dueño.

En este sentido, Lorenzo explicó que en Penamoa el gobierno local, como titular de los solares, pudo iniciar actuaciones judiciales para desalojar a las familias que no querían abandonar las chabolas, circunstancia que no se da en la Conservera Celta, donde tendrían que ser los propietarios de las parcelas los que tendrían que emprender los procesos judiciales para liberar la superficie.

Prefirió no poner fecha a la desaparición del asentamiento, dadas las dificultades que se pueden plantear. Lo que no quiere nadie es que vuelva a ocurrir lo sucedido en el 2006, cuando el Ayuntamiento, después de grandes esfuerzos y años con el intento, entregó 12.000 euros a las familias que ocupaban las instalaciones de la vieja fábrica y en una semana regresaron. Peor aún: regresaron acompañados de familiares llegados de otros puntos de España e, incluso, Portugal. Para levantar chamizos alrededor de la vieja y ruinosa nave. Desde entonces, se han ido sumando familias y hoy son 57, según el censo de Servicios Sociales.

Por el momento, algunas de esas familias ya cuentan con ayudas, tanto municipales como de oenegés, para salir de la situación en la que viven, según fuentes del gobierno local. Tan cierto, como que el desmantelamiento definitivo «va para largo», según reconocen en María Pita. El proceso ya se ha iniciado, pero «llevará bastante tiempo», según indicó Lorenzo. El principal escollo se encuentra en los propietarios de los terrenos: «Sin su consentimiento no podemos hacer nada, por lo que queremos hablar con ellos. De hecho, ya hicimos los primeros contactos», indicó.

Esos primeros pasos hacia el fin del asentamiento se completó con un censo de familias, cotejando los datos e informando a los que allí viven de todas las posibilidades y servicios que les puede proporcionar Servicios Sociales. En ese sentido, el edil insistió que se busca para los chabolistas «una inserción social, pero también laboral».

El gobierno local respondió asimismo a una pregunta formulada por el grupo socialista sobre este asentamiento indicando que ha abordado este proceso «hace meses, gracias a que se ha producido un cambio de gobierno municipal, que ha permitido iniciar un proceso paralizado por el anterior bipartito municipal». Sobre las familias de la conservera que optarán a pisos municipales o de protección, dice dicha respuesta que serán «aquellas familias que reúnan los requisitos para ello, analizando caso por caso y conociendo las circunstancias y el perfil de cada familia».