Piden 12 años de cárcel para un hombre que intentó matar a su mujer asfixiándola

J. B. a coruña / la voz

A CORUÑA

08 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Nueve años por una tentativa de homicidio, uno por quebrantamiento de condena y dos por amenazas. Esas son las penas a las que podría ser condenado un hombre que quiso acabar con la vida de su esposa al intentar asfixiarla en una garaje. De no ser por la intervención de un policía de paisano que estaba en el lugar, el suceso podría haber tenido un desenlace mucho peor. Ahora será juzgado por la Audiencia Provincial. La vista está prevista para el mes que viene.

Todo ocurrió el 28 de agosto del 2011. Tal y como refleja el escrito de acusación de la Fiscalía, el imputado desafió la orden de alejamiento que tenía por un incidente anterior. Con la intención de terminar con la vida de su mujer entró en el garaje en el que ella guardaba el coche, esperando su llegada. Cuando lo hizo, el acusado abrió la puerta del vehículo e intentó quitarle las llaves para retenerla. Ella no cedió, pero el hombre le sujetó fuertemente con las manos que, tal y como puntualiza el escrito, las llevaba resguardadas con guantes de cuero.

Una vez inmovilizada, apretó su cuello con las manos para darle muerte. Cuando la mujer ya estaba vencida, tirada en el asiento del copiloto con su agresor encima, intervino el citado policía. Había escuchado gritos y logró detener al acusado en su propósito. Aún así, le dijo que cuando pudiera le iba a clavar a su esposa un destornillador por un ojo y sacárselo por el oído. Y que la última palabra la iba a tener él, no el juez ni la policía. Esto lo repitió en comisaría.

La mujer tuvo varias heridas en el brazo izquierdo, en el antebrazo derecho, la rodilla izquierda y en el cuello.

Agresiones

Por otra parte, el juicio que estaba pendiente por unas agresiones del 2006 se resolvió ayer en el Juzgado de lo Penal número 3 con una pena de localización permanente para todos los implicados y una de tres meses para uno de ellos que uso un arma blanca. El origen fue una riña entre conductores en la avenida Finisterre, que terminó con varios heridos.