María Josefa Otero Crespo
nació el 15 de septiembre de 1910 en Velouzás, Paderne. Dos días después, en Santiago de Compostela, venía al mundo Dolores García González , que en 1933 se instaló con su marido, un médico ya fallecido, en la calle Payo Gómez, donde todavía reside. «Sé el año exacto en que se instalaron en A Coruña por el contrato de alquiler, que es de ese año», apunta Roberto, uno de sus tres hijos. Estas dos mujeres celebran esta semana su 100 cumpleaños. Dolores, que es sobrina del famoso asesino que da nombre al mítico restaurante compostelano, ya lo celebró. Con su siglo de vida a cuestas, el viernes fue con unas amigas a una misa especial por su aniversario a la iglesia de Santa Lucía. «Está muy sorda, pero por lo demás está perfectamente. Sale a la calle, se hace la comida todos los días, y lee sin gafas», comenta su hijo. María Josefa también llega a los 100 años en bastante buen estado. «Le cuesta caminar y hay que acompañarla, pero de cabeza está bien», comenta Mar, uno de sus ocho nietos. Además tiene seis hijos, seis bisnietos, y una tataranieta que hoy la acompañarán en la fiesta de cumpleaños que celebrarán en el restaurante A Gurita de Paderne, el Ayuntamiento en el que reside esta mujer desde hace un siglo. Desde septiembre de 1910.
Sí, en concreto en 1906. Ese año La Voz publicó la noticia de la boda de un Mengotti a la que acudió el embajador de Suiza, que era su primo. Ese recorte del periódico es el que utilizaron como invitación los organizadores de la reunión anual de los Mengotti que se celebró en el restaurante El Pantano en la que se dieron cita unas 80 personas. Aquel casamiento había sido el de Julio Mengotti Gaudenzi, cuya familia regentó los hoteles Suiza de Compostela y Ferrol. En esta ocasión tampoco faltó representación helvética, ya que al encuentro asistió un nieto del embajador.
José Juan Sánchez González-Dans
ofició ayer su primera misa en la iglesia de San Jorge. Un día especial e inolvidable para este sacerdote coruñés que fue ordenado el pasado 8 de mayo en la basílica de San Eugenio de Roma por el prelado del Opus Dei Javier Echevarría . A la misa de José Juan, de 42 años, acudió su madre, María Rosa, así como otros familiares que viven en la ciudad.