«Toni Erdmann» ofrece a ratos una inteligencia y sutileza notable, mezclando a la perfección el humor absurto y a veces tosco que propone la directora Maren Ade
21 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.«Todo lo que hace es hablar por teléfono… debemos haber hecho algo mal», le dice a su ex el protagonista, sexagenario anarquista y lúcido, cruce de Dario Fo y Beppe Grillo, conmocionado al constatar los trabajos de sombras y los días sin luz a los que se ha entregado su hija treintañera, una ejecutiva alemana que maneja sórdidos reajustes de empleo en Bucarest. Entonces, el papá activa un alter ego con el que convive desde hace años -el Toni Erdmann del título- y, disfrazado con la piel de tal Mr. Hyde, acomete la misión de desbaratar la maraña que atrapa a su retoña, una criatura abisal e insatisfecha interpretada por Sandra Hüller.
El gesto del gran -por talento- y enorme -por envergadura- actor alemán Peter Simonischek, con sus dientes postizos y su peluca imposible, oscila entre la pura conmiseración y la sonrisa de peliqueiro, de dolorido «hombre que ríe». Es una especie de Groucho Marx atormentado que inventa mil situaciones absurdas, intentando que su hija reaccione y vuelva a vivir una vida real. Penetrando como un troglodita, o como un elefante, en la cacharrería del mundo del dinero, reventando cócteles de negociantes estirados, sembrando el desconcierto entre atildados personajes que todo lo solucionan con su tarjeta de crédito, el semijubilado profesor de piano y «artes plásticas», estrella de colegios y asilos, explosiona, cual inspector Clouseau, en el corazón de los actos sin sentido de la Europa globalizada.
Una fiesta en la que para entrar debes desnudarte, y a la que el protagonista acude vestido de yeti búlgaro, nos ofrecerá un momento de gran belleza: la ejecutiva, descalza y en bata, abraza a su bestia peluda.
Es verdad que a la película le sobran al menos treinta o cuarenta minutos, pero la primera parte y la última media hora ofrecen una inteligencia y sutileza notables, mezclando de maravilla con el humor absurdo y a veces tosco que nos propone la directora Maren Ade -autora de la estimable Entre nosotros-, en una confrontación que no hace más que realzar el tragicómico drama de nuestra existencia de locos urbanitas, luchando denodadamente por el triunfo inútil.
Ficha técnica
«TONI ERDMANN». Alemania-Austria- Rumanía, 2016. Directora: Maren Ade. Intérpretes: Peter Simonischek, Sandra Hüller, Ingrid Bisu, Michael Witterborn, Trystan Pütter, Thomas Loibl, Lucy Russel. Comedia dramática. 162 minutos.