Una (muy) divertida gamberrada

Miguel Anxo Fernández

CULTURA

M. Night Shyamalan se pasa al «low cost» (cinco millones de dólares en parámetros de Hollywood casi es un chiste?) y nos brinda un cuento, que no es cuento chino, pero que resulta muy cachondo

03 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El pedestal de M. Night Shyamalan se tambaleaba desde hacía demasiado tiempo, inmediatamente después de Señales (2002). A partir de ahí, aquel toque de absoluta genialidad que fue El sexto sentido (1999) se diluyó cual azucarillo? En un proceso de caída libre que solo era atribuible a una jugarreta de la biología, léase a una precipitada combustión de neuronas de origen poco comprensible. El bosque, La joven del agua, El incidente, Airbender, After Earth? En cada una de ellas se iba dejando jirones de piel ante la crítica y la taquilla, de modo que ya dábamos por chamuscado a este hindú de nacimiento (1970), aunque de Pensilvania en cuanto a crecimiento, que compartía con Spielberg aquello de una súper 8 regalada siendo un crío y también su pasión por el fantástico. Y en esto que pega un volantazo, se pasa al low cost (cinco millones de dólares en parámetros de Hollywood casi es un chiste?) y nos brinda un cuento, que no es cuento chino, pero que resulta muy cachondo. Faltaría más que para eso también requiere un plus de complicidad por parte del espectador, pues a fin de cuentas el cine es una gran mentira.

Una madre con un aire extravagante envía a sus hijos (todavía unos niños) a casa de sus padres, allá en el campo. No solo para hacerles una visita, sino también con la intención de restablecer unos lazos familiares rotos a raíz del matrimonio no consentido de ella. Con una particularidad, los críos tienen un punto friki a causa de su desmedida pasión por el cine, armados con una cámara y dispuestos a grabarlo todo para hacer sus propias ficciones. Los abuelos tampoco son un catálogo de virtudes ya desde el primer momento. Sobre tales pilares, Shyamalan nos mete en harina sin apenas concedernos respiro. Con truculencias, faltaría más, hasta el despiporre final que se prolonga en los títulos de crédito a ritmo de rap. Cierto que algunos sustos son canónicos, y por momentos hasta pedestres (incluso escatológicos, a cuenta de los pañales del abuelo?), pero el director logró recuperar lo que había perdido, su pericia para las atmósferas inquietantes sin renunciar a la ironía y al humor negro muy cargado. Lo dicho, La visita es una divertida gamberrada, pero también la redención de un cineasta. Ojalá se confirme.

Ficha técnica

La visita. EE.UU., 2015. Director: M. Night Shyamalan. Intérpretes: Kathryn Hahn, Olivia DeJonge, Ed Oxenbould, Deanna Dunagan, Peter McRobbie, Celia Keenan-Bolger. Terror. 94 minutos.