Alicia Sintes: «Podremos descubrir fenómenos que ahora son inimaginables»

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

CIENCIA

ATIENZA | EFE

La cosmóloga dirigió al único grupo español que participó en la detección de las ondas

21 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Han pasado ya varios días de la primera detección directa de ondas gravitacionales, uno de los hallazgos científicos más importantes de los últimos años y que confirman la predicción de Albert Einstein, pero a Alicia Sintes aún le cuesta contener la emoción. La responsable del grupo de Relatividad y Gravitación de la Universidad de las Islas Baleares, el único español que participó en el estudio, desborda entusiasmo en cada frase y habla con pasión de un descubrimiento que llevará a la astronomía a una nueva dimensión y que llevaba buscando desde hace casi veinte años, cuando en 1997 fue una de las pioneras en incorporarse al experimento internacional LIGO. Sus dos detectores cazaron ahora la onda producida por la fusión de un agujero negro, la prueba de la deformación del tejido espacio-tiempo.

-El mismo Einstein dudaba de que algún día pudieran detectarse las ondas gravitacionales que predijo. Parece increíble que se haya localizado una señal tan débil.

-Sí lo es. Imagínate que la señal es una vibración por debajo del tamaño de la millonésima parte de un protón. Solo se ha podido detectar a través de instrumentos de una gran grado de desarrollo y sofisticación tecnológica.

-Y la encontraron a la primera, cuando los detectores empezaron a funcionar en septiembre pasado. ¿Lo esperaban tan pronto?

-No, para nada. Fue una sorpresa impresionante. Además, la primera señal por excelencia que esperábamos encontrar sería la del colapso formado por dos estrellas de neutrones, no la generada por la fusión de dos agujeros negros.

-Fue también la primera vez que se detectó de forma directa un sistema binario de agujeros negros y su posterior fusión. ¿Veremos muchos más?

-Sí. Ahora sabemos que la detección de agujeros negros binarios puede convertirse en una rutina. Creo que podremos ver una fusión de agujeros negros cada par de meses. Lo que también fue impresionante fue comprobar que este fenómeno ocurrió exactamente tal y como había sido predicho en la Teoría General de la Relatividad de Einstein.

-¿Podremos escuchar ahora, como usted llegó a decir, el susurro del universo?

-Lo que realmente hemos añadido es un sentido más para estudiar el universo. Nos ayudará para entender grandes cuestiones de la física, la astrofísica y la cosmología que con los telescopios ópticos actuales no podemos detectar.

-¿Como cuáles?

-Hay grandes preguntas por resolver, como ¿cuál es el origen de las explosiones de rayos gamma?, ¿cómo se formaron los agujeros negros?, ¿qué ocurre cuándo hay una supernova?, ¿cómo se comporta la materia en condiciones extremas, en productos como el interior de estrellas de neutrones?, ¿la Teoría de la Relatividad General es la descripción correcta?, ¿cuál es la historia de la expansión acelerada del universo?...

-¿Qué esperan en este camino?

-Pueden aparecer sorpresas y esperamos descubrir fenómenos que ahora son inimaginables.

-¿Con los detectores LIGO se podrán escuchar las ondas gravitacionales primordiales, el primer eco del cosmos?

-No. Están muy por encima de nuestras posibilidades. Habrá que esperar el funcionamiento de un detector espacial, como el Lisa-Pathfinder, que también podrá detectar agujeros negros supermasivos de más de mil masas solares, lo que también está fuera de nuestro alcance. Los agujeros negros que nosotros observamos tenían 36 y 29 masas y se fundieron en uno de 62. Los supermasivos solo se podrían detectar desde el espacio.

-Hay quien se pregunta si tiene sentido una inversión de 600 millones de euros para un proyecto de ciencia tan básica a la que resulta difícil ver una aplicación. ¿Realmente lo tiene?

-Primero, el hombre siempre se ha preguntado cuál es nuestra posición en el universo, siempre ha estado pendiente del cielo. Pero aparte de responder a la curiosidad humana, se trata de un proyecto tecnológico impresionante en el que, a partir de la ciencia básica, se ha desarrollado una tecnología que se va a transferir a la sociedad. Tenemos láseres de alta potencia completamente estables que no existen fuera de este laboratorio, fotodetectores, sensores, sistemas ópticos, software de tratamiento de datos... Es brutal la tecnología que aquí se ha desarrollado con un coste que ha sido mucho menor que el de la construcción de un submarino nuclear.