Galicia lidera un plan europeo para acercar a científicos y viticultores

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN / LA VOZ

CIENCIA

Buscará las mejores soluciones para combatir las plagas de la vid

11 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

En este mismo momento podría estar gestándose en un laboratorio de Galicia, o de Rennes o del Piamonte, para las enfermedades de la madera o de la flavescencia dorada, dos de las principales patologías de la vid. Pero es muy probable que estas innovaciones nunca lleguen a ensayarse en una explotación vitivinícola y que los viticultores nunca lleguen a conocer los potenciales avances que se estudian en centros de investigación que incluso pueden estar relativamente cerca de sus casas. También puede ocurrir que un viticultor de Alsacia haya desarrollado un remedio casero que funcione para estas dos plagas de la vid y que incluso podría exportarse con los mismos beneficios para un viñedo de La Rioja, pero ni el profesional riojano ni el de otros países europeos productores de vino nunca tendrán la oportunidad de comprobar si la técnica es efectiva o no en sus vides.

Esta es la realidad actual del sector en Europa, un panorama que se intentará cambiar con el proyecto Winetwork, financiado por el programa horizonte 2020 de la UE con dos millones de euros y que involucra a diez regiones productoras de vino de siete países. La coordinación parte del Instituto Francés de la Viña y de la Vid, mientras que en España será liderado por la Fundación Empresa-Universidad Gallega (Feuga). El objetivo general pasa por crear una red europea de información y conocimiento que contribuya al incremento de la sostenibilidad del viñedo y que aporte conocimientos y soluciones para combatir las enfermedades de la madera y la flavescencia dorada. O, dicho de otra forma, coordinar a científicos que investigan en el tratamiento de estas plagas, a viticultores, viveristas, bodegueros, consejos reguladores y representantes de la administración para evitar que los potenciales avances no se queden en el laboratorio o que los remedios aportados por los viticultores no se mantengan exclusivamente en sus explotaciones.

Para desarrollar esta red de intercambio se crea una figura pionera, la de los agentes facilitadores, un nuevo perfil profesional cuya misión es servir de punto de intercambio de información y conocimiento entre empresas, investigadores y otros actores relevantes del sector. Su función será la de permitir la comunicación permanente entre todas las partes. Por una parte acercará al viticultor los trabajos de investigación realizados y, por otra, hará llegar al ámbito científico las prácticas vitícolas innovadoras impulsadas por los propios profesionales de la vid.

«Lo que se busca es establecer un marco de trabajo que favorezca que la información fluya de manera bidireccional», resume Ana Muñiz, gestora de proyectos del Feuga. «En vez de investigar más en posibles tratamientos, por ejemplo, vamos a intentar aplicar los que ya se han desarrollado a ver si funcionan o no», añade Muñiz, quien constata que de lo que se trata es de «identificar soluciones que funcionen y transferirlas a todas las regiones vitivinícolas que participan en el programa».

En la iniciativa comunitaria participan socios de España, Francia, Alemania, Italia, Hungría, Croacia y Portugal.