Prueba del algodón en Cornellá

Xosé Ramón Castro
x. r. castro VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Celta

El Celta debe confirmar su recuperación ante un Espanyol envalentonado por la Copa del Rey

17 ene 2015 . Actualizado a las 13:29 h.

Reforzado en el plano anímico por la Copa y el empate ante el Valencia, al Celta le ha llegado el momento de la reválida. Los vigueses llegan a Cornellá en teoría en proceso de recuperación, pero con el lastre de ocho partidos sin ganar en Liga. Por eso la victoria frente al Espanyol, envalentonado tras apear al Valencia de la Copa, se convierte en una exigencia.

Los célticos pusieron fin a su retiro vasco en la tarde de ayer y se plantaron en Barcelona con la primera unidad al completo a excepción del lesionado Hugo Mallo. Berizzo recupera a Larrivey para la punta del ataque y a Nolito, que recobró su duende ante el cuadro ché y parece en disposición de saltar al campo desde el principio. Será en el retorno al 4-3-3 después del experimento, exitoso, de la semana pasada del 5-2-1-2, inaplicable en esta ocasión por la amenaza de Sergio García y Caicedo en el rival.

Sobre el capitán perico ha situado la clave del partido el técnico argentino del Celta. Los movimientos de Sergio García marcan el compás de un equipo que ha ido creciendo con las jornadas, por eso todo apunta a que Radoja, el chico para todo de los vigueses, fijará sus ojos y sus piernas en la estrella blanquiazul. Si el Celta logra desactivarlo, lo tendrán más difícil los Caicedo -héroe de la Copa- y el curtiense Lucas Vázquez para hacer daño a una zaga que en la Liga no mantiene su portería a cero desde el segundo fin de semana de noviembre (0-0 con el Granada).

En defensa, la novedad apunta a Carles Planas, que recibió el alta el pasado jueves y que puede recuperar una titularidad en Liga que quedó interrumpida por la rapidísima roja de Sevilla. Su regreso significa el viaje al costado diestro de Jonny, el futbolista más en forma de los celestes, que el miércoles tuvo un descanso en Copa. En teoría serán cuatro los jugadores que repitan con respecto al partido del miércoles (los centrales Cabral y Fontás, Radoja y Orellana).

No es el Celta el único que tiene señalado en rojo la contienda. El Espanyol habla de una cita que puede marcar tendencia en su recuperación. Los blanquiazules todavía viven el subidón de la Copa del Rey y no esconden la ilusión de afrontar los cuartos del final, pero al mismo tiempo quieren consolidarse en la zona tranquila de la tabla. Y en esa batalla el Celta es un rival directo. Con respecto al partido del Bernabéu, Sergio González recupera a Lucas Vázquez, Víctor Álvarez y Salva Sevilla y pondrá el liza su once tipo.

Los catalanes quieren crecer al abrigo de un estadio en donde únicamente han cedido dos derrotas a lo largo del curso (ante Sevilla y Éibar) y que tradicionalmente no se le ha dado nada bien al equipo vigués. Lo quieren hacer con la misma idea de juego que tumbó al Valencia el pasado martes: posesión, intensidad y mucha llegada al área contraria, preceptos que ponen en duda la hoja de ruta del Celta, invariable más allá del sistema: posesión, protagonismo, presión alta y mucha movilidad de la gente de ataque para fabricarse espacios.

En esta batalla tan equilibrada, pudieran tener un papel relevante las 24 horas más de descanso que tuvo el Espanyol con respecto al equipo vigués, ya que los de Sergio jugaron el martes.

Un buen resultado para el Celta sería dejar atrás dos meses negros y comenzar la recuperación en la misma ciudad en donde firmaron la gesta del año (el triunfo en el Camp Nou) pero un revés dispararía las dudas que han ido apareciendo. El partido final de la primera vuelta puede marcar tendencia.

Larrivey, Nolito y Planas se erigen como novedades en un equipo celeste que vuelve al 4-3-3