Ayer, nada más llegar pasada la una de la tarde, Eduardo Berizzo puso a entrenar a su equipo en A Madroa, aunque con una leve sesión de recuperación
15 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.El Celta está obligado a tomarse la Copa del Rey muy en serio. Por buscar una salida a la espiral negativa y por invertir la tendencia. Por eso ayer, nada más llegar pasada la una de la tarde, Eduardo Berizzo puso a entrenar a su equipo en A Madroa, aunque con una leve sesión de recuperación.
«La Copa no molesta, jugamos en casa un partido bonito contra un gran equipo que va primero ahora mismo en Segunda y tenemos que remontar el partido. Tenemos ganas de que llegue el martes», comentó Charles, el único que dio la cara después de la derrota de Málaga.
Berizzo dejó claro el jueves, antes de partir, que buscaría el mejor equipo posible para las tres citas, pero después de la mini revolución de La Rosaleda se antoja difícil adivinar cuál será la apuesta para la cita de mañana a las ocho de la tarde. En teoría el Celta necesita un equipo ofensivo y con gol, ya que tiene que remontar un 2-1 adverso. Larrivey y Nolito, que fueron suplentes en Málaga, podrían ser de la partida, igual que Planas, que no entra en los últimos partidos, Radoja, que contra pronóstico fue suplente, y por supuesto, Rubén Blanco, que ya jugó el partido de ida.
En donde menos recambio tiene Berizzo es en el centro de la defensa, ya que Cabral apura su recuperación (ayer se quedó trabajando cuando se marcharon todos sus compañeros) pero parece difícil que incluso pueda llegar a la contienda liguera del viernes con el Almería. El argentino es el único que aparece en el parte médico conjuntamente con Oubiña.
Por otra parte, no parece una buena ocasión para hacer experimentos dadas las urgencias. Madinda actuó en el pivote y David Costas como lateral derecho en la ida, pero está por ver si el Toto mantiene la apuesta en esta ocasión.
Todo quedará supeditado a las probaturas que el técnico argentino hará esta mañana a puerta cerrada.