Túñez, el tigre de Bertamiráns

Xosé Ramón Castro
x. r. castro VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Andrés Túñez asegura que se ha adaptado al 100 % a la vida tailandesa, en la foto de visita en el templo budista de los tigres.
Andrés Túñez asegura que se ha adaptado al 100 % a la vida tailandesa, en la foto de visita en el templo budista de los tigres.

«Foi un acerto pola miña parte», proclama el excéltico de su experiencia en Tailandia

13 nov 2014 . Actualizado a las 15:24 h.

Andrés Túñez está de vuelta, pero solo de vacaciones. El excéltico regresa con el título de la liga tailandesa debajo del brazo, convertido en una de las referencias del Buriram y convencido de que en la primavera pasada tomó la decisión correcta. Estará en Galicia hasta el 30 de noviembre, fecha en la que debe volver a Tailandia. En el 2015 le espera la Champions de Asia, otro de los objetivos que le llevó a emigrar al lejano oriente. Le quedan dos años y medio más de contrato.

«Foi un acerto pola miña parte, a moita xente extrañoulle que eu fora para alá, pero foi unha experiencia moi positiva. Gañar a Liga é unha das cousas que ía facer a Tailandia, quería xogar a Champions, que aínda que sexa asiática ten o seu valor. Estou contento e feliz alá, todo saíu redondo por agora».

Andrés es todo un ídolo en el Buriram. No solo porque el equipo repuntase desde el medio de la tabla hasta el liderato después de una decena de partidos consecutivos ganando. Lo es, porque siendo central marcó cuatro goles en Liga y dos en Copa. Uno, en el derbi, en una contra de campo a campo -«vin a xogada, comecei a correr e a final tiven sorte de marcar»-. Pero sobretodo por ser el hombre de la máscara, su carta de presentación en Tailandia. «No primeiro partido de Copa que xoguei, nun salto de cabeza, dei co nariz na cabeza dun rival e a partir de aí falei co presidente e díxenlle que se me facían unha máscara podía xogar o seguinte partido, que era o derbi. A primeira máscara seica era un tigre, a eles gústanlle esas cousas, pero esta personalizáronna, e á xente gustoulle moito, fixeron máqueting. Nunca rompela un nariz foi tan bo para unha persoa, valeume para moito, deime a coñecer e voltaría a romper outra vez se fose necesario». El club vendió unas 6.000 réplicas y las gradas se tiñeron con el accesorio del zaguero. «A verdade é que me queren moito e estou moi agradecido, todo o mundo se quere facer fotos e apoiante sempre».

Motivos, que llevan al que fuera central del Celta hasta la temporada pasada proclama su plena adaptación al modo de vida tailandés. «Estou adaptado a todo. É moi doado todo aquelo, para min a xente é moi aberta, moi quente, todo o mundo sonrie, está feliz e á hora de xogar é diferente, eles xogan doutra maneira pero estou adaptado ao 100 %, tanto á vida, como á comida -aunque siempre tiene un italiano como reserva de occidente- como a todo». También a la liga, muy física y de contacto, como al compostelano le gusta.

El nivel dado durante el campeonato le sirvió al excéltico para recibir de nuevo la llamada de la selección venezolana. Por dos veces, aunque no pudo acudir a ninguna. La primera le cogió con una lesión de rodilla que le tuvo parado casi un mes y la segunda coincidía con la final de Copa y Túñez prefirió quedarse con su equipo. Ahora espera una nueva citación de la Vinotinto.

A miles de kilómetros, no se olvida del equipo que le vio crecer como futbolista y con el que pudo jugar en la Primera División española. Cuando se le pregunta por el Celta es tan lapidario como concluyente: «Véxoo demasiado ben. Alégrome por eles. Nótase cando xogan que son moi humildes e espero que sigan así e poidan soñar, pero tamén deben ter claro que a permanencia é o primordial».

Si la agenda de visitas se lo permite, tiene previsto pasarse por Balaídos antes de volver a Tailandia. Allí reside su felicidad al menos hasta el 2017. Se ha convertido en el tigre del Buriram.