La defensa del Celta convive con el riesgo

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

La presión alta eleva la exigencia de la zaga céltica, que ha encajado en dos choques

02 sep 2014 . Actualizado a las 17:32 h.

La presión alta, el ritmo vertiginoso y la intensidad son las líneas maestras del Celta de Eduardo Berizzo, tres elementos que dotan al equipo de un enorme potencial ofensivo, pero que tienen como contrapartida el dejar a la defensa más desguarnecida. Y es que, como reconoce Andreu Fontás, «asumimos riesgos, el equipo presiona muy arriba y eso hace que tengamos mucho espacio a nuestra espalda, pero creo que nos está viniendo bien, no es que el equipo sufra mucho».

Los célticos han convertido en suya la máxima de que la mejor defensa es un buen ataque, y ante el Getafe, y durante toda la primera mitad del partido en Córdoba, amontonaron hombres en campo rival. Su presión exhaustiva les permitió disfrutar del esférico y recuperarlo lejos del área de Sergio Álvarez cuando lo perdían, pero cuando ese trabajo hizo aguas la defensa quedó expuesta. Un riesgo que el Celta asume con naturalidad, y que pone a prueba la capacidad del equipo en general, y especialmente de la zaga, para recomponerse defensivamente.

«Evidentemente habrá ocasiones que se te puedan complicar, situaciones de contraataques, cuando el rival sale de la presión, que te puede meter en problemas», apunta un Fontás, «pero pienso que son más los beneficios que te da esa presión alta y fuerte al rival que los problemas que nos puede crear».

Por el momento, en lo que va de Liga los vigueses han encajado gol en los dos partidos que han disputado, y en ambos mediaron situaciones similares. Ante los getafenses los célticos encajaron después de que Jonny perdiera un balón en el área rival que propició el contragolpe de los de Contra, con metros por delante puesto que todo el Celta estaba volcado en el área rival, y ante el Córdoba Fede Cartabia aprovechó que los vigueses habían levantado ligeramente la presión para hacerse con el esférico y fusilar al portero Sergio Álvarez.

Los dos tantos que el Celta ha recibido en Liga comparten además otra similitud, y es que llegaron minutos después de que anotasen los de Berizzo. Sammir puso el 2-1 en Balaídos siete minutos después de que Orellana marcase, y en el Nuevo Arcángel Cartabia tardó ocho minutos en responder al tanto del Poeta.

Cuestión de concentración

A los vigueses les está costando retomar la presión tras celebrar gol, y esa es una de las materias pendientes para los próximos encuentros. Una situación que recuerda a los primeros amistosos que disputó el equipo en pretemporada, en los que los goles encajados por los vigueses cuajaron también en los compases iniciales, cuando todavía no se habían metido al cien por cien en el encuentro.

En pretemporada el Celta también había pagado en forma de goles su posicionamiento osado sobre el césped, pues recibió goles en todos sus encuentros, salvo en los dos últimos, ante el Deportivo (2-0) y frente al Cagliari (4-0).

A pesar de esas manchas en el historial céltico, y de que el gusto por los laterales ofensivos también es otro condicionante más a la hora de defender, los vigueses confían en que su fútbol ofensivo compense los riesgos.