La nueva vida de David Costas

Xosé Ramón Castro
x. r. castro VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

M. MORALEJO

Tras jugar una vuelta casi completa en Primera, el central regresó al filial para tener los minutos necesarios

25 feb 2014 . Actualizado a las 21:35 h.

La vida le ha cambiado a David Costas. El central juvenil estaba llamado a jugar toda la temporada en el filial, pero Luis Enrique le rescató para el primer equipo, con el que ha disputado 15 partidos. Sin embargo, dejó de jugar desde la contienda del Betis y el domingo vivió su primer partido con el filial en León. A sus años estar parado sería un error.

Costas fue la gran sorpresa del mes de agosto. «Es jugador del B», comentó antes de su llegada desde la sub 19 Luis Enrique sobre el destino de una de las perlas de la cantera. Sin embargo, el asturiano le dio la alternativa en el Villamarín y a la jornada siguiente estrenaba titularidad ante el Granada. Durante una vuelta completa ha sido un asiduo. Primero como indiscutible, al sumar siete titularidades consecutivas, y después alternando el puesto con Cabral. Así, hasta el partido del Bernabéu.

Desde la visita al Real Madrid nada volvió a ser igual para el chapeleiro. Desde el inicio de la segunda vuelta solo jugó el partido con el Betis y en las últimas semanas se había convertido en un descarte habitual. La llegada de Íñigo, el repunte de Aurtenetxe y el momento de Cabral le cortaban el paso. Fontás está fuera de catálogo.

Un mes parado (no jugaba desde el 24 de enero) era un peaje excesivo para un jugador en crecimiento que vivió en carne propia los problemas defensivos que atravesó el equipo en la primera fase de a Liga. Por eso el sábado se decidió que David Costas viajase con el filial a León. Frente a la Cultural ya disputó los 90 minutos.

No estar parado

«A cualquier jugador le viene bien jugar. Tiene la oportunidad siempre de venir con nosotros si no compite con el primer equipo y le viene bien al club, al jugador y a nosotros. Es una buena noticia para todo el mundo», apunta David de Dios, el entrenador del Celta B.

«Nos da más seguridad defensiva, reciclándose un poquito porque hace tiempo que no está con sus compañeros», recuerda el preparador, que solo lo tuvo a su cargo una semana para entrenamientos. De Dios, que lo entrenó en juveniles, lo conoce mejor que nadie y destaca el salto que ha experimentado: «Está más maduro, más formado, estos meses en el primer equipo le han venido de maravilla para su formación y parece un jugador nuevo, más agresivo y más solidario».

Ahora tiene diez jornadas para para pasar página, ayudar al filial y recuperar el nivel que exhibió en los primeros partidos. Siempre y cuando Luis Enrique no decida incluirlo en el primer equipo. Aunque dentro del secretismo habitual del Celta nada ha trascendido, todo apunta a que seguirá a las órdenes del asturiano y que cada vez que no entre en la convocatoria pueda hacerlo con el filial.