Los goles de Orellana y Nolito acercan al conjunto celeste al objetivo de la permanencia en un partido que se tuvo que interrumpir cerca de veinte minutos por un bote de gas lacrimógeno que se lanzó desde la grada
16 feb 2014 . Actualizado a las 13:48 h.Poco tuvo que ver el Celta de hoy con el equipo luchador, combinativo y seguro de sí mismo que apareció en Balaídos la semana pasada ante el Athletic de Bilbao. Los de Luis Enrique llegaron a El Madrigal con la intención de sumar su cuarta jornada sin perder y continuar con las buenas sensaciones de los últimos partidos, y aunque no brillaron en su juego, un gol de cabeza de Orellana en la recta final del encuentro les encaminó hacia una victoria que les permite continuar con la racha y acercándose un poco más a la permanencia.
El Celta intentó hacerse con el balón en los primeros compases, pero las ganas no fueron suficientes y los errores en los pases comenzaron a hacerse más frecuentes de lo deseable para un conjunto celeste que no remató ni una vez entre los tres palos en la primera parte.
Ante la ausencia de Charles por una gripe, Santi Mina partía como referencia en ataque. Pero ni él ni Orellana consiguieron aparecer para ayudar al conjunto de Luis Enrique a hacerse dominador del encuentro. Solo alguna tímida arrancada de Rafinha hizo que la defensa del Villarreal tuviera que entrar en acción.
Los locales tampoco aportaron demasiado en los primero cuarenta y cinco minutos. Perbet y Gio fueron los encargados de importunar algo a Yoel, pero las jugadas de la dupla atacante terminaban o bien en las manos del portero celeste, o en fuera de juego gracias a una defensa celeste rápida en sus movimientos.
El la segunda parte el Celta empezó a ser un equipo algo más incisivo aunque daba la impresión de que no lo suficiente para morder al conjunto de Marcelino García Toral, que continúa sorprendiendo por la calidad de su juego en cada partido.
Santi Mina se fue animando según pasaron los minutos y la timidez inicial del canterano se fue transformando en osadía. Un chut pegado al palo derecho y otro que atrapó Juan Carlos fueron las acciones con las que creó más peligro.
Augusto Fernández y Álex López también lo intentaron. El de Ferrol con un disparo potentísimo nada más saltar al terreno de juego que terminó en córner por muy poco.
A pesar de esas acciones, el partido tenía color amarillo. Las combinaciones de Moi y Bruno terminaban siempre con peligro sobre el área de Yoel. Y cuando más estaban buscando los locales el 1-0 llegó el 0-1. Orellana peinó lo justo una falta lejana botada por Álex López para subir el primer gol del encuentro.
El Villarreal intentó reaccionar rápido, pero un bote de gas lacrimógeno que cayó desde la grada hizo que el partido se detuviese durante veinte minutos y se enfriase completamente para los locales.
El Celta sin embargo salió más concentrado que su rival en los últimos cinco minutos que le restaban al encuentro y lo logró cerrar el encuentro con una falta botada por Nolito a la perfección.
Una nueva victoria para el conjunto celeste que permite a los de Luis Enrique continuar con la racha positiva y sumar tres importantes puntos que cada vez lo alejan más de los puestos de descenso y lo acercan al objetivo de la permanencia.
Ficha técnica:
0 - Villarreal: Juan Carlos; Mario, Musacchio, Dorado (Gabriel, m. 76), Jokic; Trigueros (Nahuel, m. 73), Bruno, Pina, Moi Gómez; Giovani (J. Pereira, m. 76) y Perbet.
1 - Celta: Yoel; Mallo, Cabral (Íñigo López, m. 46), Aurtenetxe, Jonny; Fontás; Augusto (Álex López, m. 69), Rafinha, Krohn-Dehli (Nolito, m. 56), Orellana; Santi Mina.
Gol: 0-1. Min. 83: Orellana; 0-2, m.90: Nolito.
Árbitro: Fernández Borbalán (C. Andaluz). Amarilla a los locales Jokic (m. 9) y Musacchio (m. 65); así como a los visitantes Cabral (m. 29), Aurtenetxe (m. 39), Augusto (m. 57) y Nolito (m.90)
Incidencias: Partido correspondiente a la vigésimo cuarta jornada de la Liga BBVA disputado en el estadio El Madrigal ante la presencia de 14.195 espectadores. El partido estuvo suspendido durante veinte minutos por el lanzamiento de un bote de humo desde la grada.