Fabián Orellana se instala en la titularidad

Lorena García Calvo
Lorena García Calvo VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

El chileno está exhibiendo su mejor fútbol desde su regreso a Vigo

15 ene 2014 . Actualizado a las 11:30 h.

El próximo día 31 se cumplirá un año del regreso de Fabián Orellana al Celta. Llegó sobre la bocina en el mercado de invierno, y en medio del clamor de las masas, que esperaban reencontrarse con el genio chileno que brillaba sobre el césped en Segunda en Balaídos. Sin embargo, el rendimiento del atacante en Primera, donde ya había vestido la camiseta de Xerez y Granada, no cumplió las expectativas. Pasó con más pena que gloria por la segunda vuelta céltica, y del mismo modo inició esta temporada, ya con Luis Enrique en el vestuario.

Sin embargo, algo ha cambiado en el chileno. Sus últimas intervenciones desde la zona izquierda del ataque han mostrado la mejor versión del futbolista, que ha pasado de la banqueta de suplente a titular indiscutible en un costado que hasta el momento parecía territorio de Nolito. Los 561 minutos que Orellana ha jugado en Liga se distribuyen en seis partidos como titular y otros tantos como suplente. Su primera presencia en el once fue ante el Getafe, en el desastroso partido del Coliseo. Desde entonces, y hasta el duelo frente al Almería, había sido un refresco habitual, pero muy lejos de erigirse en revulsivo.

Fue en ese encuentro, en la remontada céltica, cuando el mejor Orellana comenzó a resurgir. Un tiro cruzado en el minuto 26 rompía su sequía goleadora de tres años sin marcar en Primera y empataba un duelo que al final ganaría el equipo local. Fabián Orellana estaba de vuelta.

Como por arte de magia, el chileno había subido varios grados su intensidad, su disputa del balón, su colaboración con la defensa, su velocidad y su osadía y éxito en los últimos metros. Desde ese partido frente a los almerienses, Orellana no se ha apeado de la titularidad, y el temor a que su cambio radical fuese flor de un día parece haberse disipado. Frente al Valencia sostuvo el ataque céltico durante la primera mitad, y de sus botas ha crecido la ofensiva celeste.

Se ha hablado de que tener el Mundial a tiro podría haberle animado, o que el interés de equipos como Colo Colo o la U de Chile habrían revitalizado las ganas del futbolista. Sea como fuere, lo único cierto es que Balaídos vuelve a vibrar con el Poeta, y Luis Enrique no parece dispuesto a dejarle marchar.