Cuando el Celta parecía moverse en una balsa de aceite, se desató la tormenta perfecta
21 jul 2013 . Actualizado a las 11:50 h.Cuando el Celta parecía moverse en una balsa de aceite, se desató la tormenta perfecta. La posibilidad de que Luis Enrique se convierta en el próximo entrenador del Barcelona caía ayer como una losa sobre un celtismo que es muy consciente de que el asturiano es el hilo conductor del proyecto celeste. A pesar de que el nombre de Luis Enrique entró ya el viernes en las quinielas para sustituir a Tito Vilanova, fue la noticia de TV3 en la que se apuntaba que era el elegido, la que disparó el nerviosismo. Todas las alarmas saltaron, mientras en Melgaço, donde el Celta se concentra, la vida seguía a otro ritmo.
Luis Enrique entrenó con total normalidad a sus jugadores en sesiones de mañana y tarde, totalmente ajeno a los rumores. Eso sí, ni un desmentido, siguiendo con la línea de silencio que le ha caracterizado desde su llegada a Vigo. Y, en la misma línea que la actitud del técnico, el Celta, cuyo discurso a lo largo del día se mantuvo en que lo que sucede en el banquillo del Barcelona es ajeno a la entidad viguesa, y que por lo tanto, no hay nada que comentar. Desde el entorno del club aseguraban que nadie del Barça había contactado con el Celta, e incluso el vicepresidente, Ricardo Barros, declaraba a la agencia DPA que «Luis Enrique está haciendo el trabajo de pretemporada y por aquí no ha pasado nada. De momento no ha habido nada». En el Celta se mantendría con el cuerpo técnico el rasero que rige a los futbolistas: si alguien quiere a uno de los nuestros, que pague la cláusula.
Más allá de la incógnita respecto a si Luis Enrique será el elegido y abandonará el Celta, las cláusulas y condiciones que rodearían su fichaje ya saltaron a la palestra. De entrada, se calcula en algo más de tres millones de euros la cláusula que incluye el contrato del entrenador y que el Barça -según lo señalado por TV3- ingresaría en las arcas celestes por hacerse con los servicios del entrenador asturiano. Eso sí, de entrada, parece que no habría ningún obstáculo legal que impediría su cambio de escudo. Según diversas informaciones, el Celta todavía no habría tramitado ante la Federación su ficha, por lo que no incumpliría la normativa.
Nerviosismo en el celtismo
La falta de desmentidos o confirmaciones fue la gasolina que avivó el nerviosismo de los celtistas, pendientes de la continuidad de un técnico alrededor del cuál se ha gestado todo el proyecto deportivo del próximo curso. Aunque la plantilla céltica intentó abstraerse en Melgaço de las informaciones que sitúan a su técnico en Barcelona, costaba. «No sé nada, pero espero que no. Hoy fue un día normal y no creo que cambie nada, pero nunca se sabe. Si tiene la oportunidad, es uno de lso equipos más grandes, pero nadie comentó nada al respecto», comentaba por la mañana Michael Krohn-Dehli. Andrés Túñez, por su parte, señalaba que «Iso é cousa do míster e do club. Se lle toca ir por casualidade, pois noraboa, meréceo, e que se lle vai facer. Por agora non se falou nada e non creo que se dea».
El otro candidato
Aunque ayer el nombre que más insistencia sonaba para suceder a Vilanoba era el de Luis Enrique, tampoco era el único. Gerardo Tata Martino, sería el otro firme candidato al banquillo culé. El argentino, que estuvo al frente de la selección paraguaya y del Newell´s Old Boys, llegaría además avalado por Leo Messi, mientras que la opción de el asturiano sería la que más convencería a Sandro Rosell. La decisión, en todo caso, parece inminente, y no se descarta que hoy mismo se anuncie el elegido.
«No sé nada, pero espero que no se vaya. Hoy [por ayer] fue un día normal, nadie comentó nada»
Jugador del Celta
«Iso é cousa do míster. Se lle toca ir, pois noraboa, meréceo, e que se
lle vai facer»
Jugador del Celta