Abel se estrena sin margen de error

Xosé Ramón Castro
x. r. castro VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

XOAN CARLOS GIL

El técnico apuesta por un Celta más agresivo y ambicioso que frene su caída ante el Granada

24 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Abel Resino debuta sin margen del error. Con la necesidad de firmar un triunfo en su debut que haga revivir a un Celta que se ha ido cayendo hasta llegar al precipicio y que después de los resultados de ayer comienza la jornada a cinco puntos de la salvación. El toledano no ha soltado prenda para la final con el Granada. Busca el factor sorpresa para superar a un exequipo que llega envalentonado y después de agitar el mercado invernal con fichajes de relumbrón. Alguno de ellos, ni le cabe en el once a Lucas Alcaraz.

Más agresivo, más competitivo y más intenso de principio a fin, sin desfallecer hasta el pitido final y sin oscilaciones prohibidas para las castas más desfavorecidas de la Liga. Esa es la hoja de ruta. La declaración de intenciones del nuevo entrenador del Celta, el noveno de la era Mouriño. Su traducción en el campo, pendiente de esta tarde, pasa por una revisión táctica, con las líneas mucho más juntas y un pelín más adelantadas. También por un canto a la profundidad y a la verticalidad, dos aspectos que el Celta de Herrera había perdido de un tiempo a esta parte. Todo, sin revisar el estilo, a priori, innegociable, aunque en las últimas fechas el balón más que un medio era un objeto para moverlo en horizontal.

Movimientos

El trazo grueso del dibujo no debería tener especial incidencia en los protagonistas. Todo apunta a que Oubiña, tras cumplir el partido de sanción, será una de las pocas novedades en un once celosamente guardado. Sí, podría haber algún movimiento en la colocación de los peones, pero tampoco hay mucho margen de maniobra.

El Granada llega como un tiro. Con una derrota, pero dejando claro que tiene capacidad para intimidar al Barcelona después de ganar al Madrid y en A Coruña. Un aviso para el Celta. Salvo sorpresas, Lucas Alcaraz apostará por el mismo once de las últimas jornadas, un equipo en donde no tiene cabida de momento Bounanotte, uno de los rutilantes fichajes de invierno.

Los nazaríes temen el efecto Abel y el conocimiento que el toledano tiene del equipo al que salvó el curso pasado. Son conscientes también que un triunfo en Vigo sería medio pasaporte para la permanencia.

El Celta piensa todo lo contrario. Ganar al Granada sería un impulso anímico y cuantitativo. Permitiría reencontrarse con el triunfo después de un mes y medio en blanco (6 de enero ante el Valladolid) y acercarse al menos a dos equipos en la lucha por la permanencia.

Todo, como colofón a una semana que comenzó loca y que puede terminar en plebiscito. Mouriño se ha jugado la carta del entrenador.