El plan de Copa señala el camino

Xosé Ramón Castro
X. R. CASTRO VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

XOAN CARLOS GIL

El Celta sopesa repetir ante el Betis el mismo once y el rombo que les llevó al triunfo

17 dic 2012 . Actualizado a las 14:55 h.

El Celta necesita el mejor colofón en su despedida de Balaídos en el 2012. En el escenario en donde forjó su regreso a Primera encara esta noche una cita vital para seguir viviendo lejos de la zona roja. Lo hace aún con los ecos de la victoria copera sobre el Real Madrid retumbándole, pero también con el descenso demasiado cerca. Además, recibe al segundo mejor visitante y a uno de los más en forma de la Liga. Un Betis que ha ido creciendo desde el retorno y que huele a Europa. Quizás un espejo en el que mirarse si la hoja de ruta no sufre una desviación. De entrada, una buena noticia es que los rivales directos no ganaron y el Celta tiene garantizado no caer en descenso.

El preámbulo del partido está tan rodeado de dudas como de certezas. Interrogantes porque la climatología puede marcar la contienda e incluso el once, que de inicio parece depender más de la recuperación de Borja Oubiña, que ayer trabajó con normalidad que de una vuelta de tuerca. De aseveraciones porque Herrera no ha ocultado que el rombo experimentado el miércoles podría tener continuidad con los mismos hombres en funciones similares. De ser así, los tres delanteros celestes podrían coincidir de inicio sobre el campo, aunque Bermejo tendría una doble función. Por el momento el crédito del coreano Park parece ilimitado. De no jugar el capitán, quizás el plan B incluya un cambio de trazo sobre el césped.

El Betis está en las mismas. Hasta esta mañana no viaja y Pepe Mel se ha guardado una convocatoria en la que sigue sin estar seguro el concurso de Rubén Castro, el Messi de los andaluces como el propio técnico ha manifestado. Sin él, los heliopolitanos bajan su nivel goleador, aunque siguen siendo un equipo con pólvora arriba.

La contienda enfrenta también a dos rachas antagónicas. Aunque lleve dos meses sin ganar como local, el Celta ha crecido al abrigo de su estadio y solo el Málaga, por fortuna, se llevó el triunfo desde el regreso a Primera. El Betis por contra, es el más fuerte de los visitantes después del Barça. Quizás porque viven de contras de vértigo tras el robo del balón. Por eso Herrera quiere madurar el partido, asegurar el balón y sobre todo mantener una concentración suprema en la retaguardia.

La contienda cuenta con un factor añadido que preocupa en Vigo. La climatología, pero en especial su incidencia sobre un terreno de juego que se puso muy pesado en la recta final del partido de Copa. El césped necesita cuidados pero para esta noche exige fútbol de contacto, de disputas y quizás de menos estilismos. Se avecina un día para cambiar el chip. El que mejor se adapte a la batalla puede tener mucho ganado.