Errores defensivos e inferioridad en mediocampo

Millán Gómez SAQUE DE ESQUINA

CDLUGO

23 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Club Deportivo Lugo mostró una versión decepcionante. Creó ocasiones para ganar, pero no consiguió tener el control mayoritario del partido, pues conviene recordar que el control total de un encuentro nunca se posee. El Gimnàstic, pese al golpe anímico de un gol tempranero y dada su situación clasificatoria, discutió claramente la pelota a los lucenses y buscó la portería local. Los rojiblancos no circularon el balón con fluidez ni fueron superiores. Pese a ello, mantienen su sobresaliente capacidad ofensiva. La baja de Carlos Pita fue una ausencia notable. Su inteligente táctica y calidad en el pase es poco menos que imprescindible. Sergio Gil ha mejorado en los dos últimos partidos, pero le falta presencia y debe ofrecerse más. Fernando Seoane, maestro del orden táctico, la recuperación y las ayudas defensivas, es un notable jugador en el pase. Esta virtud del mediocentro de Ames es subestimada por su excelsas capacidades en otros aspectos. Seoane fue el pivote, y no Gil, que se introdujo entre los centrales para ofrecer una salida de balón aseada y coherente. Gil debería haber colaborado más en este ámbito y a la hora de aportar posesión.

Joselu Moreno es un absoluto escándalo. Quince goles esta temporada, igualando ya a Óscar Díaz como máximo goleador rojiblanco en una campaña en Segunda. Todavía tiene un margen de, cuando menos, veinte partidos potenciales más, o quizás veinticuatro porque este equipo tiene capacidad, de mejorar defensivamente, para aspirar a lo máximo. El delantero onubense ha superado provisionalmente a Pablo Caballero como máximo realizador histórico del club en Segunda con veinte goles (más uno en Copa), por diecinueve del argentino. Caballero aportó la enésima lección de trabajo para el equipo. Iriome, nuevamente titular al utilizar de inicio un solo delantero, fue clave provocando un penalti y conduciendo en el 2-1 para dividir y ceder el cuero a la asistencia de Jordi Calavera, que colocó la pelota hacia atrás para el giro de tobillo complicadísimo de Joselu. Calavera, minutos después, colocó una pelota maravillosa por alto a Joselu y este erró sorprendentemente.

El Nàstic, endeble defensivamente más por falta de confianza que por aptitud, compitió continuamente merced, muy especialmente, a la capacidad para aguantar la pelota y ganar disputas de Achille Emaná y la capacidad técnica del doble pivote formado por Luismi Sánchez y el talentoso Sergio Tejera, que dio una lección de controles orientados y joyas técnicas. Los tarraconenses, con la entrada de Stéphane Emaná, ganaron presencia ofensiva y presión alta. Juan Merino situó a los dos hermanos Emaná como delanteros. Falta de contundencia lucense en los tres goles tarraconenses. Demasiadas opciones en el primer gol sin despeje definitivo local. Serge Leuko no encima a Gerard Valentín, uno de los mejores laterales o extremos (anteayer extremo) de la categoría, en el 2-2. Achille remata un cabezazo maravilloso ganándole la espalda a Jordi Calavera. En el 2-3, Álex López vence por potencia a Fernando Seoane e Ignasi Miquel.

El equipo sigue en una situación idílica. Merece el apoyo de toda la afición. Brayan Perea apenas ha aportado, cierto, salvo detalles en los partidos frente al Girona FC y CD Tenerife, pero silbarle mengua significativamente su confianza. Es un jugador nuestro y, como tal, debemos animarle.