Pablo ha triunfado en el Lugo, mientras que Bruno iniciará su trayectoria en Europa en el Racing Vilalbés
19 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El Lugo reforzó su vanguardia hace dos años con Pablo Caballero. El argentino, que era un desconocido para muchos aficionados, pronto destacó con la camiseta rojiblanca. Hasta el punto de convertirse en máximo artillero de los del Ángel Carro en Segunda División. Dos campañas más tarde, la saga continúa. Bruno Caballero se entrena con el Vilalbés y, a falta de un fleco burocrático, se pone a punto para su debut.
Formados en el Racing de Avellaneda, los hermanos Caballero son muy competitivos. «Cuando éramos pequeños, a veces le dejaba ganar para que no llorase», bromea Pablo, cuatro años mayor que Bruno. No obstante, esa rivalidad se ha extendido hasta el presente. «A ninguno nos gusta perder. Cuando vamos a Argentina y jugamos un partido, nos tienen que poner en el mismo equipo. Si no, todo acaba mal», explica el delantero del Lugo.
No obstante, detrás de esa capa de competitividad, existe otra de respeto y protección. «Pablo siempre ha sido un referente para mí», comenta Bruno. «En la adolescencia, cuando te preguntas qué hacer, verle en el Racing a punto de llegar a Primera me convenció para jugar a fútbol», agrega. El más joven iniciará en Vilalba su primera experiencia en Europa.
En la actualidad, los hermanos Caballero ocupan demarcaciones diferentes sobre el terreno de juego. Sin embargo, Pablo recuerda que «cuando éramos chicos, los dos jugábamos de delanteros. Después, cuando él se fue al Racing, ya había gente que buscaba la posición en la que podía rendir más. Bruno acabó como central y mediocentro, pero conoce bien los puestos de arriba».
De hecho, aunque prefiere no hablar de él, Bruno ya sabe lo que es tirar faltas o penaltis. Sobre una pena máxima que materializó, manifiesta que «generalmente, no pateo yo. Pero me tumbaron cuando iba a marcar y lo lancé yo».
Adaptación
Pablo Caballero no tardó en triunfar en el Lugo, un conjunto al que llegó sin el cartel de realizador y en el que pronto demostró una enorme pegada. No obstante, Bruno se encarga de certificar que su hermano mayor tiene olfato: «Hizo millones de goles con el Racing en categorías inferiores, por eso llegó a Primera. Pero, después, no tuvo mucha continuidad en los equipos en los que estuvo. Es difícil marcar si no tienes continuidad. Pero él hace un trabajo muy bueno, no es egoísta y sabe jugar de espaldas. Es muy completo».
Ahora, una de las dudas estriba en conocer si el más pequeño de los Caballero será capaz de triunfar en el Vilalbés como su hermano hizo en el Lugo. Al respecto de esta posibilidad, Pablo apunta que «si no pasa nada raro, le tiene que ir bien. Se adaptará bien, porque además el Racing tiene un grupo humano muy bueno. Eso facilita mucho las cosas, como me sucedió a mí cuando llegué».
Ahora, está por verse cómo se cierra la temporada para los Caballero. De momento, tanto el Lugo como el Vilalbés transitan por la zona alta de Segunda y Tercera División. Y, ¿qué sucedería si ambos consiguen el ascenso?. «Sería muy bueno y alguna celebración habría que hacer en Argentina», comenta Pablo.
Después, el futuro dictará sentencia. «Ahora mismo no entra en mis planes regresar a Argentina. Pero el día de mañana nunca se sabe. Y claro que me gustaría acabar donde empecé», afirma Pablo. Los comienzos se forjaron en el Racing de Avellaneda y ahora el reto es conquistar España.