Los riesgos de la humareda

Carlos Melchor AL OTRO LADO

CDLUGO

04 sep 2015 . Actualizado a las 13:39 h.

El Lugo mantiene el mismo estilo. Todos estamos de acuerdo en que la llegada de Milla no ha supuesto gran cambio en la filosofía futbolística rojiblanca. Se ha modificado el dibujo táctico respecto al usado por Setién, pero las posesiones largas siguen siendo las protagonistas. El Lugo quiere el balón. Y el estilo, no cabe duda, importa. Y mucho. Es el sello de identidad de alguien que quiere marcar diferencias, y con ello, obtener resultados. Aunque el estilo sin resultados de poco sirva, la eterna discusión entre resultadistas, que anteponen el fin por delante de los medios, y los que priorizan el proceso sobre el producto final, permanece vigente. Se debatirá hasta el fin de los tiempos al respecto. Al final, el ventajismo de hablar a toro pasado dará la razón a unos o a otros.

Y es que el estilo no es solo importante en el terreno de juego. También lo es en los despachos. Es una forma de actuar, una imagen de cara el exterior, la tarjeta de presentación. Pese a lo precipitado de su llegada, los nuevos mandatarios del Lugo están tomando decisiones, bastantes acertadas, otras no tanto. La nave rojiblanca, por ahora, sigue navegando con bastante fluidez. Pero el presidente Tino Saqués debería cuidar su locuacidad y ser más prudente en sus declaraciones públicas. Un estilo basado en la excesiva presencia en los medios y un discurso que, a veces, no le deja quedar en demasiado buen lugar por el incumplimiento de algunas de sus palabras. Un desgaste mediático innecesario que su equipo de trabajo debería tratar de corregir. Es en las negociaciones por jugadores donde se hace imprescindible un sigilo incompatible con los fuegos artificiales de las declaraciones a destiempo. Suelen pasar dos cosas cuando se habla de más y antes de tiempo: o pierdes al jugador o te cuesta más dinero. Quién sabe si a Jonathan Pereira se le verá jugando de local en el Ángel Carro, de no ser el típico bulo veraniego, sería un cierre más que ilusionante de la plantilla lucense. Pero la discreción siempre produce más réditos que ir haciendo señales de humo allá por donde pisas.