A enmendar el síndrome viajero

Murillo EN ROJIBLANCO

CDLUGO

18 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

En el actual universo demencial de horarios, al Lugo le ha tocado jugar esta noche, a partir de las 21.30 horas, con las cámaras de TDP por testigo, en uno de los escenarios míticos de la Liga Adelante. Las 22.222 plazas sentadas que conforman la capacidad del Nuevo Campo de Sport del Sardinero dan cobijo a una de las más emblemáticas aficiones del norte, donde el histórico Racing de Santander se debate ahora mismo entre la realidad de una situación económica caótica y un presente deportivo atenazado por el descenso directo. En medio de este caos, resultado de una pésima y común política despilfarradora de sus dirigentes, el viejo Racing intenta sobrevivir en las peores condiciones y el corsé de una economía asfixiante no le permite desarrollar todo su caudal deportivo. Cada vez que Quique Setién visita su tierra y a su entrañable Racing se produce el mismo episodio emocional en el corazón de este hombre, rasgado por su racinguismo permanente y su profundo sentimiento por un escudo y unos colores que conforman su vida de jugador y técnico. Quizás Quique, por su propia decisión, visite por última vez El Sardinero, como inquilino del banquillo de este Lugo con el que ha hecho historia, porque ya tiene anunciada su marcha ante la llegada de un nuevo dirigente rojiblanco. No será, seguramente, una simple marcha, sino una más que probable desbandada. O eso han dejado entrever los que llegan y los que estaban.

Pero esta noche, además, el Lugo se juega su propia enmienda a domicilio, su eterna asignatura pendiente desde su retorno a la Liga Adelante. El Racing saldrá a morir, porque se juega la vida, tras su reciente triunfo en el feudo del Mallorca y va a ser un rival muy difícil de superar. Si los lucenses quieren mutar su guion negativo a domicilio, tendrán que aferrarse a una profunda catarsis. Y reducir al mínimo el capítulo de pérdidas en la salida del balón. Tampoco le ayuda nada al equipo lucense el rosario de lesiones interminables que ha padecido esta temporada. El último en caerse de la lista es Pelayo, y su baja le llega en un momento dulce de forma y goles. Ganar le permitiría al Lugo seguir mirando al sexto puesto de promoción de ascenso, y perder solo aplazaría la permanencia.