Entre sumas y divisiones

Carlos Melchor AL OTRO LADO

CDLUGO

05 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

No hay nada como sumar de tres en tres para ver el futuro con más optimismo que hace algo menos de un mes. Que nadie se relaje, ojo, porque el Lugo lleva jugando consecutivas finales en busca de oxígeno desde hace muchas semanas. Caer en casa el próximo sábado contra el impredecible filial barcelonista, significaría viajar a Zaragoza nuevamente con urgencias clasificatorias.

El mes de febrero termina con un notable botín de 10 puntos sobre 15 posibles, incluyendo las sucesivas victorias contra Recreativo de Huelva y Osasuna. En las 27 jornadas que van de competición, solamente se había conseguido en una ocasión enlazar una racha así. Fue en el lejano septiembre, cuando se combinaron los triunfos ante Barcelona B, y, curiosamente, Osasuna, con aquel electrizante cuatro a tres. Es lo que tiene sumar a golpe de tres puntos, que lo ayer negro, hoy, al menos, tiende al gris

El Lugo firmó un partido muy serio en el histórico Sadar, a pesar de viajar en cuadro tras la retahíla de desgracias de los últimos tiempos. Los rojiblancos supieron reponerse y jugaron con personalidad y carácter ante un rival desquiciado. Quien desprecie el peso del factor anímico en el deporte profesional, podría echarle un ojo a la situación y al rendimiento de plantillas como el Recre o los mismos navarros, sumidos en gravísimos problemas económicos y sociales. Se quiera o no, todo esto acaba reflejándose en el terreno de juego. En el fútbol, como en la vida, siempre habrá alguien que se encuentre peor que tú, podría pensar alguno. Pero la marejada alrededor del Lugo, lejos de cesar, se aviva con el ruido de los tambores de guerra en los despachos. El cuento de nunca acabar, entre los que quieren entrar a las carreras sin dar muchas explicaciones y los que no quieren ser desahuciados después de construir el edificio.

Lamentablemente, la nueva vida para el Lugo se reducirá a lo que suceda entre burofax y burofax, a golpe de sentencia judicial. Un panorama nada alentador viendo de primera mano el de los equipos que padecen semejante inestabilidad institucional: caos, desconcierto y difícil supervivencia.