Oda al fútbol

Murillo

CDLUGO

13 oct 2014 . Actualizado a las 15:33 h.

El Lugo se ha abonado a la épica ante los grandes. Cuando un rival de postín le visita, entonces o Anxo Carro se convierte en un escenario de los sueños. Entonces los rojiblancos se agigantan, se ponen el frac del fútbol y convierten en una sinfonía modélica su concepción de este bello deporte. El rival, por su poderío, también se suma a la fiesta y ve cómo su anfitrión le tutea y hasta le supera. El Zaragoza se convirtió en la tercera víctima de esta temporada, después de morder el polvo de las dos derrotas anteriores, Valladolid y Osasuna. Esta vez, después de otro partido para el recuerdo y dos remontadas heroicas, una más que discutible decisión arbitral le hurtó dos puntos en el último suspiro del descuento. Fue un resultado cruel, inmerecido del equipo maño, que se encontró con un empate que ya no soñaba.

El Lugo sufrió el efecto Borja Bastón por partida doble, y demostró que la eterna aspiración de Mouriz por vestirle de rojiblanco no era una idea errónea. Pero la persuasión del director deportivo tuvo otro premio al acierto del fichaje de David López. Y el mismo doble efecto en el marcador. Fue la estrella de la tarde. Con una actuación imperial, dio un recital de juego, visión, pase, y remate. Sus dos goles, uno de falta directa y el otro en juego, hay que enmarcarlos. Su despliegue físico y su polivalencia extendida en un largo sube y baja fue descomunal. Por eso, el Lugo comienza a rentabilizar su apreciable fondo de armario y un nivel de calidad muy superior de la actual plantilla. Setién sigue buscando un ariete, y Lolo no acaba de aparecer. Probó con el debutante David Aganzo, aún lejos de su mejor forma, y halló al final en Luis Fernández el tercer hombre que rellenó esa vacante. El Lugo jugó su mejor partido de esta temporada, pero pagó muy caras las faltas al borde del área. Ése fue su peor pecado, ante un rival de enjundia. Perdió un punto cuando tenía ganados merecidamente los tres, antes de tenerlos perdidos. Pero su oda al fútbol bien mereció otro premio mayor.