Una de las obras maestras del cine de humor y un título socorrido infinidad de veces, reconozco que ni es ocurrente ni original en cada momento de sus infinitas citas o referencias, pero sí, al menos, oportuno una vez más. Porque sin duda, una vez más, se repite la historia y la histeria de aquel mítico camarote de locos, el camarote de los hermanos Marx, donde solo un manicomio sería insuficiente para internar a tanto demente. Y, sobre todo, se derrumbaría por su propio exceso de inquilinos el apartamento en cuestión. La Liga Adelante no es más que un muestrario de la demencia senil que rige nuestro fútbol profesional. Ahora mismo, fíjense el guirigay existente en la categoría de plata de nuestro maltrecho balompié: un equipo, el Real Murcia, descendido en los despachos por sus deudas con Hacienda; un recurso de urgencia del equipo pimentonero ante un juzgado mercantil madrileño y una sentencia cautelar obligando a la LPF a su readmisión inmediata; mientras tanto, se decreta el ascenso administrativo del Mirandés, como sustituto del Real Murcia, por orden de clasificación, temporada 2013-2014 (había descendido deportivamente en el Anxo Carro en el último partido); nuevo cruce de comunicados en un fuego cruzado entre las partes, y, finalmente, la propia LFP emite otro anunciando el aplazamiento del comienzo del campeonato a la espera de una solución definitiva. A día de hoy, ni el propio Lugo sabe si su primer encuentro será en La Condomina o Anduva, o en ningún sitio de los dos, porque igual hay que confeccionar un nuevo calendario. Incluso toda la planificación deportiva de los clubes puede venirse abajo con este aplazamiento, mientras Tebas sigue premiando a sus paniaguados y sembrando la confusión en una categoría donde ya ni se sabe si serán 22, 23, 24, o vaya usted a saber, los equipos que la compongan y cuándo concluirán este demencial campeonato. Y el Lugo atrapado en este camarote...