A nadie se le había ocurrido antes. Del anonimato a la fama hay un paso, sin duda. Esa delgada línea roja, que separa a los mediocres de los genios de la creación. Al Lugo, a sus ejecutivos, les funcionan sus neuronas creativas, porque el paraguas de la humildad tiene un techo muy bajo. Por eso, se dice que la necesidad agudiza el ingenio. Un escenario insospechado, Riotorto, una fecha intrascendente del calendario veraniego para una camiseta impensable en su diseño, un pulpo con sus tentáculos desplegados hacia el infinito y regado por una cerveza patrocinadora de este terruño. De entrada, un impacto inicial entre los trescientos espectadores, sorprendidos por la originalidad del producto y su singular diseño, sin antecedentes en el mundo futbolero. Luego, la expectación por la nueva camiseta va in crescendo sin pausa, para dar paso a la explosión universal vía Internet. Como un sunami, el nombre del Lugo y las imágenes de la nueva elástica lucense dan la vuelta al mundo. Se desata una fiebre de curiosidad, admiración y hasta adhesión sin precedentes en la historia rojiblanca. Llueven las peticiones y los medios más influyentes del planeta fútbol se unen al coro de la novedad. No hay duda: la idea ha calado muy hondo. Alguno se pregunta: ¿hay truco en todo esto? ¿ O es solo magia, la magia de la originalidad que ha sentado cátedra en la asignatura del márketing. De momento, unas camisetas bajo un diseño inédito, han despegado con una autopropulsión que Internet ya ha proyectado a todo el planeta. Y, que se sepa, el cartel de agotadas ya se ha colgado en la tienda del Lugo. Enhorabuena.