Hándicap, dos victorias

Carlos Melchor DESDE LA GRADA

CDLUGO

15 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Una vez más, el Murcia se volvió a cruzar en el camino. Pronunciar el nombre de esa ciudad trae de inmediato dos pensamientos a la cabeza: que se encuentra extremadamente lejos de aquí y que fueron los responsables de romper el sueño del ascenso en aquella infausta eliminatoria del 2011. En esta ocasión los murcianos cortaron de raíz la esperanzadora trayectoria lucense, más de sensaciones por el juego desplegado que de resultados, de las últimas semanas.

De mantener el nivel futbolístico mostrado en Sabadell, pocos partidos se perderían de allí en adelante. Bien es cierto que el rival también juega, y en este caso el Murcia firmó un completo partido, empleando las armas que más daño hacen a los de Setién: presión asfixiante tras pérdida, superioridad numérica en el centro del campo y un rigor táctico extremo. Si a las virtudes del rival le añadimos un manejo impreciso y fallón del balón por parte propia en la construcción, junto a un despliegue físico muy inferior al del oponente, la derrota queda justificada.

Analizando la trayectoria de lo que va de segunda vuelta, los dientes de sierra de la irregularidad son los protagonistas. Aprovechando la disputa del mítico Masters de Augusta de golf, torneo de dificultad extrema en el que la paciencia del jugador debe primar para evitar errores y tratar de conservar el par del campo por encima de todo, podríamos catalogar al Lugo como aquel jugador que consigue firmar meritorios birdies en los hoyos más complicados, pero que no es capaz de consolidarlos en los siguientes con inesperados bogeys que lo devuelven a la mitad de la tabla.

Por tanto, obtener 2 victorias en los 8 partidos que quedan parece que son los deberes que restan por hacer. Con el tríptico norteño en el horizonte no será tarea fácil. Comienza la concentración de partidos que más interés generan por rivalidad, cercanía y ambiente, con los masivos desplazamientos de aficiones de equipos que también se están jugando, de una u otra manera, la vida. El primer plato es una Ponferradina en el alambre del descenso, el mismo del que nos alejarán esos 6 puntos requeridos para pasar el corte, primer objetivo de cualquier buen golfista: seguir con vida los dos primeros días de torneo para poder seguir compitiendo el fin de semana con los mejores.