Paseo por el lecho y la historia de A Fervenza

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

VIMIANZO

fotos josé manuel casal

Las imágenes que ofrece con escaso caudal son habituales en varias épocas del año, pero en enero, mucho menos

22 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El bajo nivel del embalse de A Fervenza no atrae a tanto turismo como está ocurriendo con otros mucho mayores de Lugo o de Ourense, donde todavía pueden verse restos de castros (aquí, de mámoas o de dólmenes) y de antiguas aldeas de las que queda bastante, si los ladrones de piedras no lo impiden. Además, pasear por A Fervenza sin agua no es nada extraño: generalmente, al menos una vez al año el caudal baja bastante, por sequía o por necesidades (es regulador). Ha habido épocas de tanta ausencia de agua que hasta la hierba crecía sin problema y el fondo parecía una pradera. Así que no es raro caminar por su lecho, que hace 50 y pocos años eran prados y leiras, pero hacerlo en enero sí lo es. La misma semana del año pasado estaba al 94 %. Ahora, apenas roza el 22. También hay quien se sorprende de llegar a la cabecera, en Olveira-Dumbría, y ver un nivel bajo, pero con un altura razonable. Las mejores perspectivas están en su cola, ya desde Brandoñas (Zas) y Orbellido (Baíñas-Vimianzo), además del límite con Mazaricos. En Olveira, la mejor opción es pasar un buen rato en el área de Vilafernández.

En Orbellido es factible caminar bajo el puente nuevo, o sobrepasan las viejas pontellas de los riachuelos que iban a dar al Xallas y que se mantienen en un buen estado. También las zonas de vados, e incluso restos de muros que resisten la presión.

Toda esta enorme superficie, que puede albergar 103 hectómetros cúbicos, comenzó a transformarse en la segunda mitad de los años 60 del pasado siglo. El 7 de mayo de 1964, la Comisaría de Aguas del Norte de España (Zona Occidental) publicaba un anuncio en La Voz sobre el «expediente de expropiación forzosa que, con carácter de urgencia, se instruye por la Administración para la adquisición de los terrenos afectados por las obras del Embalse de A Fervenza, en el río Jallas, con destino a la producción de energía eléctrica, según la concesión otorgada a la Sociedad Española de Carburos Metálicos por la orden Ministerial de 22 de octubre de 1958».

Los dueños de esos terrenos quedaban emplazados para el día 18 en la oficina que la empresa tenía en Baíñas, pudiendo desplazarse a los terrenos ocupados si fuese preciso. Firmaba la orden el comisario jefe, en Oviedo. Con los demás afectados del resto de municipios limítrofes ocurrió lo mismo, pero en jornadas diferentes. Hubo otros anuncios citando a los titulares en los respectivos ayuntamientos. Comenzaba. Los de Pazos y Castrarón, en Os Baos, fueron el 15 de junio.