El joven vimiancés, de Braño-Carantoña, ganó la pasada semana el Torneo BAM en Eslovenia con la Selección Española sub 14, y forma parte de la cantera del Joventut
23 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Mateo Suárez Canosa (Braño-Vimianzo, 2004) comenzó a jugar al baloncesto casi por casualidad. La calidad de sus canastas no pasaron desapercibidas para el Joventut, el histórico equipo de Badalona, con el que juega desde hace cuatro temporadas.
Este verano, a Suárez lo llamaron para la Selección Española de baloncesto sub 14 para disputar el Torneo BAM en Eslovenia -la competición equivalente del Europeo de estas edades-, que se celebró desde el jueves hasta el domingo de la semana pasada. Además, los españoles se proclamaron la última jornada campeones del torneo.
Suárez nació en Vimianzo, pero por motivos de trabajo de su padre se fue a vivir a Barcelona, en concreto a Badalona. Allí comenzó desde muy pequeño a practicar natación, pero una pequeña falta de psicomotricidad y su gran altura lo llevaron a intentarlo otros deportes, como el baloncesto.
El primer entreno le gustó, y desde entonces no ha parado de jugar y escalar peldaños a base de calidad, esfuerzo y mucho trabajo. «Nunca pensei chegar tan lonxe, só xogaba para pasar o rato», confiesa al pensar en el nivel en el que está ahora.
Muchas horas de entreno, muchos partidos y siempre compaginando el deporte con los estudios, «sen quitar o tempo dunha cousa e doutra», relataba ayer, recién llegado a casa. «O máis cansado son os torneos -relata Suárez-, porque podes xogar dous partidos ao día, durante o tempo que dura a competición». El horario de su semana está repleto porque después de terminar las clases tiene que ir a la cancha de baloncesto del Joventut para entrenar y al llegar a casa hacer los deberes, y no tiene tiempo para nada más. «Durante a fin de semana si que teño tempo para pasalo ben, tamén», cuenta Mateo Suárez.
Torneo BAM
Durante toda su trayectoria, siempre estuvo apoyado por sus padres, Manuel Suárez Tajes, natural de Camelle, y Gloria Canosa Castiñeira, de Braño (Carantoña-Vimianzo). Este año, cuando lo llamaron de la Selección Española, no lo dudaron ni un minuto. «Foi una boa experiencia», rememora Mateo Suárez. Muy pocos deportistas consiguen llegar a ese nivel de juego: «Todo conseguiuno a base de traballo -detalla su madre, Gloria Canosa-, agora ten a súa maneira persoal de xogar. Y también su padre, Manuel Suárez, está muy orgulloso de él.
El Torneo BAM duró tres intensas jornadas donde jugó, aprendió y conoció a deportistas de diferentes países de Europa. «Aínda que non tiven moita sorte, lesioneime é non puiden disfrutalo como debería», dice humildemente. Una carga muscular le impidió jugar menos de lo esperado. Aunque esta experiencia le enriqueció y se llevo en la maleta una victoria. El equipo masculino consiguió el título frente a Hungría con un resultado de 84-45, y también el equipo femenino obtuvo la medalla de plata con un resultado de 42-43. «É unha xeración con moito nivel», admite. Vivir en Cataluña no lo ha desligado de sus orígenes. Le gusta venir siempre que puede para ver a su familia. «Durante o ano estamos moi lonxe», afirma Mateo Suárez con voz triste. Su padre, además, confirma que el chico «séntese galego».
Los kilómetros que separan Barcelona de Vimianzo no le han hecho perder la relación con sus primos.
Vacaciones
«Acostumo a ir polas vacacións do verán, Semana Santa e polo Nadal -describe-, para estar con eles». De hecho, aunque sus abuelos maternos son de Braño, «un lugar que lle encantaba cando era pequeno, agora prefire estar en Vimianzo coa miña irmá, súa tía», comenta Gloria.
Sin embargo, al hablar de la comida de la tierra natal, Mateo no lo duda: «Encántame o polbo a feira».
Ahora, a por el siguiente reto desde las tierras catalanas.
«O máis cansado son os torneos, podes xogar dous partidos ao día na competición»
«Conseguiu todo a base de traballo», explica la madre. El padre también muestra su orgullo