Más de lo mismo en el pleno vimiancés

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CRÓNICA POLÍTICA

VIMIANZO

31 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Los políticos de Vimianzo hace tiempo que han olvidado los grises. Ya solo existe el blanco y el negro, el conmigo o contra mi. Gobierno de un lado y opositores del otro protagonizan cada dos meses un sainete plenario, que mezcla lo partidario con lo personal y, no sin cierta intención seguramente, deja siempre en segundo plano lo esencial, que son los acuerdos y las gestiones en favor del interés de los vecinos.

Ayer el asunto se fue especialmente de madre con la expulsión de la concejala del PP y el de TeGa, que se negó a irse incluso cuando se lo reclamó el policía, y el levantamiento precipitado de la sesión a los 20 minutos de empezar.

Que los cerca de 400.000 euros del plan de ahorro vayan a permitir hacer la carretera de Baíñas y el saneamiento de Reboredo o que tres explotaciones agrícolas se vean beneficiadas con la rebaja de impuestos, quedaron eclipsados por el debate con final tumultuoso sobre el nombre del antiguo BNG ahora Adiante Vimianzo y sobre si el alcalde debía ir o no a la inauguración de la Autovía.

Con los calificativos de «sinvergüenza», «dictador», «antidemócratas» instalados en el vocabulario ordinario, el momento más tenso se vivió a la salida en los pasillos entre la concejala del PP, Raquel Rodríguez, y el teniente de alcalde, Fernando Mancebo, que le recriminó el supuesto papel de su padre en la fallida moción de censura, origen de buena parte de los conflictos actuales y que se resiste a pasar a la historia en el panorama vimiancés. Incluso la concejala del PSOE, Paula Mouzo, que acostumbra a mantener la equidistancia entre los nacionalistas y el bloque IxV-PP-TeGa, considera que en esta ocasión «Mancebo perdeu os papeis».

Los protagonistas lo ven, como no podía ser de otra manera, de forma totalmente opuesta, porque la popular dice que no va a tolerar que se «insulte» a sus padres, mientras que el teniente de alcalde considera que quienes están «instalados no insulto e na provocación», especialmente hacia el regidor, son los opositores y los «hooligans» que les jalean.

El alcalde considera que tiene bastante aguante, que no le faltó al respecto a nadie y que no va a tolerar que quienes no hacen ni una sola proposición y ni siquiera abren la boca en comisiones que, a lo sumo, duran tres minutos mantengan esta «coacción ao conxunto da poboación».

Los opositores están en la tesitura completamente contraria. Sostienen que la actitud de Antelo y su grupo es totalmente antidemocrática y que, además, en este caso concreto, Raquel Rodríguez, no se salió un ápice de lo que son sus atribuciones como representante de los vecinos.

Ante este panorama, o hay un cambio radical, o habrá más de lo mismo para rato.