Un día fuera de la residencia

Juan Ventura Lado Alvela
J. v. lado CEE / LA VOZ

VIMIANZO

Los que irán a la fiesta de los mayores de mañana esperan la fiesta con ansia.
Los que irán a la fiesta de los mayores de mañana esperan la fiesta con ansia. José manuel casal

La ruptura de la rutina diaria es todo un acontecimiento para los usuarios del centro geriátrico

29 abr 2016 . Actualizado a las 14:03 h.

No pueden ser todos, por cuestiones obvias al tratarse de una centro de atención a grandes dependientes con 150 plazas, pero cada año, y con este serán ya seis, entre 30 y 40 internos del geriátrico de Vimianzo tienen la oportunidad de romper su rutina diaria y participar en la fiesta de homenaje a los mayores. Este fin de semana serán cerca de una treintena, 14 de ellos en silla de ruedas por razones de movilidad, como explica la trabajadora social de Geriatros, Susana Fondo, que se encarga de atenderlos.

Por supuesto están encantados y explican lo que significa para ellos. José Manuel Oubiña, natural de Cambados e ingresado en Vimianzo desde febrero, lo aclara: «Aquí a vida é como cando eramos rapaces e íamos ao colexio. Levantarse, almorzar, facer actividades, xantar,... Todos os días son iguais».

No tiene, para nada, queja del trato. Le gusta la comida, la atención que le dan y no piensa cambiar, de hecho tiene un centro a ocho kilómetros de su casa e incluso le ofrecieron la posibilidad de ir a Ourense, cerca de algunos familiares, y no quiso «porque aquí estou ben e teño os meus amigos».

Eso sí, cuando ofrecen algo que se sale de la rutina no se lo piensa. «Xa fun a un desfile de moda a Camariñas e para a excursión que vai haber pola Coruña tamén me apunto se hai sitio e sempre que me admitan, que eu penso que si porque fago o que me mandan, pórtome ben», bromea.

Del homenaje a los mayores no puede hablar todavía porque será su primera vez, pero eso sí, ve las fotos que hay por los pasillos de ediciones anteriores y las expectativas son altas: música, baile y -muy importante- la comida. Ese día queda un poco de lado la vigilancia intensiva con el azúcar, la sal, el colesterol,... tan propia del resto del año.

Julio Medrano, que nació en Chile pero pasó toda su vida en Galicia, por lo que ya se siente «más español que chileno», también dice que está «contento» en Vimianzo, pese a la distancia con Cangas do Morrazo, donde residía anteriormente y, sobre todo, destaca que come «de maravilla». Eso sí, tampoco dejará pasar la oportunidad «porque es un día especial» en el que se le abre la posibilidad de «hablar con otra gente», además de los compañeros de la residencia y los cuidadores.

Para Susana Fondo también es un día especial, pero no precisamente de fiesta porque implica «falar coas familias, cos servizos sociais para as invitacións, organizar todo,... e supón un gran esforzo» que se compensa todo «con ver as caras de felicidade que poñen».

El homenaje a los mayores supone «saír fóra, coñecer xente nova, a comida,... Claro está que se poñen moi contentos», dice la educadora social, que adelanta que se sumarán a la fiesta: «Bailaremos».

Eso sí, aclara que las posibilidades de reencuentro, como le ocurre a la mayoría de la gente que participa en estas celebraciones, en el caso de los internos del geriátrico son limitadas, porque el reparto de plazas se realiza a nivel de toda Galicia y «son pouquiños» los residentes naturales de la zona.

Dice que como la organización y el reparto de las plazas depende de la Xunta se hace a nivel de toda Galicia y eso supone que el centro funcione muchas veces como puerta de entrada al sistema. La rotación es «tremenda», como señala, y eso hace que los usuarios del geriátrico cambien con frecuencia.

En cualquier caso, tanto los que son de las proximidades como los que provienen de otros puntos más alejados de la comunidad todos, los que tienen ocasión, están esperando que llegue mañana para unirse al millar de participantes en el homenaje a los mayores que se celebrará en el polideportivo vimiancés.