«Los europeos tenemos más cosas en común que diferencias»

VIMIANZO

Wolf Bloemers pasa largas temporadas en su casa de Señoráns.
Wolf Bloemers pasa largas temporadas en su casa de Señoráns. josé manuel casal< / span>

Este profesor universitario alemán tiene su segunda residencia en Salto

15 abr 2015 . Actualizado a las 12:08 h.

Wolf Bloemers nació hace 70 años junto al río Mosela, en Alemania, y aunque vive en un pueblo entre Bonn y Colonia, pasa largas temporadas en una casa de piedra de Señoráns, en la parroquia vimiancesa de Salto. Este catedrático emérito de psicología y pedagogía especialista en materia de integración e inclusión social se siente más europeo que alemán y está plenamente integrado en la Costa da Morte.

-En su 70 cumpleaños pidió a sus amigos que le regalaran donaciones a Íntegro. ¿Por qué?

-Soy un hombre muy rico. Tengo mi esposa, mi hijo, mi salud... y no necesito ningún regalo. Soy catedrático emérito en psicología especial y psicoterapeuta y he enseñado a los estudiantes universitarios sobre integración e inclusión, yo estoy convencido de que la gente ha de vivir junta e Íntegro es un ejemplo de ello.

-¿Hay muchas diferencias entre españoles y alemanes?

-No me siento alemán, me siento europeo. Claro que hay diferencias porque son culturas distintas, pero yo sé que la lengua más importante es la del corazón y aquí hablamos la lengua del corazón. Sabemos que la gente de Galicia es muy distinta a la de Andalucía. Aquí muchas personas han trabajado en Suiza y actúan con diligencia y sensibilidad. La relación que tenemos con nuestros vecinos es fantástica.

-La crisis ha hecho que muchos españoles emigren a Alemania.

-La economía alemana es un poco mejor que la española. Tenemos los brazos abiertos como la gente de Galicia los tuvo con nosotros. Yo espero que las cosas vayan mejor. Que el 50 % de la juventud no tenga trabajo es una cosa horrible, es increíble. En Alemania pienso que los políticos buscan las posibilidades para dar opciones a la juventud, para hacerlo lo mejor posible para el país. Yo he sido responsable durante 14 años de un programa coordinado europeo con 14 universidades de 13 países sobre inclusión social, que es el tema de mi vida, y tengo que decir que en Europa tenemos más cosas en común que diferencias. Eso es lo que he estado enseñando y lo que los estudiantes han aprendido.

-¿Cree en los tópicos sobre los países?

-Hay españoles y alemanes. Somos individualidades. Podemos aprender unos de los otros, todos los países no pueden ser iguales. Los alemanes podemos aprender a ser más ligeros y los españoles, quizá, más diligentes.

-¿Por qué las cosas van bien allí y mal aquí?

-Es una cosa económica. Los políticos son responsables en Alemania como en Grecia, Portugal e Italia. Son ellos los que hacen faltas, los que no saben tomar decisiones, pero es la gente la que sufre las dificultades. La culpa es de algunos políticos que no saben trabajar correctamente.

-¿Por qué es importante la inclusión?

-No me gusta la palabra discapacidad, es antigua. La idea es que todas las personas pueden vivir juntas. Todos somos diferentes, incluso en una familia, unos no saben leer y otros no saben calcular. Hay que aceptar esas diferencias. Esa filosofía es muy importante.

-¿La situación es similar en Europa?

-En el Este no se parecen en nada las ideas de inclusión. Es una cuestión de cultura y de economía.

-¿Son tantas las diferencias?

-Europa es una unidad a un lado del continente, pero en el otro las diferencias son muy grandes. En las escuelas se necesita mucho tiempo, una o dos generaciones, por lo menos para cambiar, es una cuestión muy lenta, pero estamos trabajando con alumnos de Ucrania. En mayo vuelvo allí.