La Liga da Costa, ejemplo de unión

Brais Capelán CRÓNICA

PONTECESO

14 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La Liga da Costa pasa por ser mucho más que una simple competición de fútbol aficionado. No hay otro lugar de Galicia donde los partidos de Segunda y Tercera Autonómica, las últimas categorías nacionales, se vivan con tanta emoción desde la primera jornada. Una competición que acumula 51 años de historia y numerosas historias y recuerdos para miles de personas que han pasado por sus equipos o, simplemente, se han acercado un domingo cualquiera a campos como al desaparecido As Raíces de Cee.

Tampoco han faltado momentos trágicos en la Liga da Costa, que han hecho patente la unión que existe entre las diferentes entidades. Esta última semana pasa por ser una de las más tristes que se recuerdan en la competición. El lunes era enterrado en la parroquia de Cores (Ponteceso) Brais García, un joven de ocho años que, como cualquier otro niño de su edad, disfrutaba golpeando con los pies una bola de aire recubierta de cuero sintético llamado balón. Formaba parte de las escuelas municipales de fútbol que gestiona el Ponteceso, club que cuenta con su padre como miembro de la plantilla de los veteranos. Un trágico suceso que ha conmocionado a todo un pueblo. Resulta especialmente amargo este trago al tratarse de un niño, con tantas cosas por vivir y descubrir que se han esfumado. Un joven como los cientos que a diario acuden a campos como As Eiroas a disfrutar de su deporte favorito, ya pueda estar diluviando, mientras sus padres o abuelos los observan desde las frías gradas de cemento.

Igual de triste ha sido la noticia del fallecimiento de Desiderio Nemiña, que sufría un ictus en fin de año del que ya no se recuperaría. Dos años bastaron para que Desi se ganase el apoyo y cariño de jugadores y afición, además de conseguir el ascenso a Primera Autonómica. Tanto este suceso como el de Brais García han provocado un aluvión de muestras de solidaridad entre los distintos clubes de la Costa da Morte. Todos querían despedirse en las redes de estas dos personas que dejan a sus equipos huérfanos a mitad de temporada. El fútbol de la Costa todavía estaba cicatrizando la herida del súbito fallecimiento en abril del pasado año de Abdoulaye, un joven jugador de categoría cadete del Muxía, club que recientemente fue reconocido en la Gala del Deporte de Base de A Coruña por su trato ante esta desgracia.

Un año dramático para la Liga da Costa, que ha visto como muchos sueños se esfumaban. Sueños tan simples como meter un gol, celebrarlo con los compañeros o formar un equipo que ilusione a la afición. Lo único seguro es que los campos seguirán contando historias nuevas cada fin de semana en la Costa da Morte.