El mal tiempo obligó a hacer la sesión vermú y los bailes tradicionales en la Casa dos Veciños, pero igualmente con mucha asitencia de público
05 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Dicen que a quien le gustan las fiestas (o, dicho de otra manera, los encuentros, las xuntanzas) poco le hace falta para organizar alguna. Y da gusto cuando las cosas salen bien, cuando los vecinos se vuelcan, como ocurrió ayer con la celebración del Sacramento en O Couto (Ponteceso). Las perspectivas no eran muy alentadoras a primera hora de la mañana, por el tiempo, pero en una aldea acostumbrada a generar recursos e ideas, eso no fue problema. Es más, la lluvia y el viento dieron tregua, cuenta Xosé María Varela, para la procesión y para la Danza de Paus, que ya va siendo tradición. Los jóvenes de Inllar, dirigidos por Silvana Martínez, volvieron a mezclar talento y destreza en una exhibición prácticamente instituida en esta celebración del mes de octubre, pero cuyos inicios, si no falla mucho la memoria, están en el 2008, no hace tanto. Toda tradición, sin duda, tiene una primera vez. A cubierto, eso sí, tuvieron que ser los otros bailes tradicionales, así como la sesión vermú con Trébol y la actuación de Os Bolechas, con mucho público. Los hinchables se dejaron para cuando sople menos.