El «Corpiño de Muxía» deja su sitio al «Atalaya» en Alfonso Molina

j. torreiro A CORUÑA / LA VOZ

MUXÍA

PACO RODRÍGUEZ

Ambos barcos son originarios de la Costa da Morte

21 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El pesquero Corpiño de Muxía aguantó 12 años varado en la avenida de Alfonso Molina, a las puertas de A Coruña, haciendo su papel de reclamo turístico y de bienvenida para los visitantes. El Corpiño de Muxía se caía a pedazos desde hace tiempo. Aguantó viento y marea durante todos estos años, además de sufrir las duras embestidas de unos cuantos vehículos que acabaron empotrados en su casco de madera cuando trataban de trazar la curva del carril de acceso a Matogrande. Los trabajos de demolición del pesquero comenzaron sobre las 9 de la mañana, cuando un grupo de obreros municipales llegaron con una excavadora con cazo y un camión para trasladar los restos a la planta de reciclaje de Nostián.

La estructura estaba en muy malas condiciones, con casi toda la madera podrida. Los trabajadores lograron desencajar de una pieza el puente, pero el resto fue trabajo de desguace puro y duro, para preparar de nuevo la ubicación donde próximamente se colocará el Atalaya. Este barco está en los pantalanes de Oza, donde lo están acondicionando su traslado, aunque el Ayuntamiento no confirmó la fecha. El Atalaya fue botado en el año 85 en el río Grande de A Ponte do Porto.

Su primer armador fue José Campaña, de Camariñas. Con 14 metros de eslora y 4 de manga, fue vendido para Laxe, donde estuvo seis años. Y en el 99 lo compró José Luis Blanco para Sada.