La Costa da Morte deja de ser una reserva gallega de voto socialista

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

MUXÍA

j. m. casal

El desapego de líderes principales con el partido se ha notado en las autonómicas

27 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El alcalde de Muxía, Félix Porto, decía a finales del mes de mayo, cuando saltaron a la luz sus desencuentros con quienes manejaban los rumbos del PSdeG, y que tanto desde Muxía como desde el partido llevaron con bastante discreción: «O importante é que Leiceaga acaba de gañar uns primarias e eu voulle votar a Leiceaga».

Independientemente del sentido del voto del regidor, con una más que contrastada trayectoria socialista y que solo le compete a él, más allá de lo que estaba ocurriendo en Muxía, los problemas internos del PSdeG eran una constante en el conjunto de las comarcas de Fisterra y Soneira. Las baronías locales -si es que se le puede aplicar este término tan manido cuando se refiere al PSOE- en ningún momento comulgaron con lo que se decidía desde las nuevas cúpulas. Aunque no llegaron a exhibir sus discrepancias en público a nadie que esté mínimamente dentro se le escapa que no llegaron a este campaña con la mayor de las ilusiones.

Las perspectivas generales eran muy malas y el entusiasmo interno, nulo, más cuando los principales representantes -cabe recordar que es el partido con más alcaldías de la zona de largo- sintieron en todo momento que a la Costa da Morte no se le estaba dando el protagonismo que merecía. De hecho no hay un solo representante de estas dos comarcas en el Parlamento, ni había opciones reales de que lo tuvieran, cuando hace solo unos meses Marisol Soneira (Camariñas) ocupaba una de las vicepresidencias y Fran Caamaño (Cee) dirigió el partido en A Coruña hasta finales del 2014.

Lo expresasen con más o menos fuerza. Eso se notó en campaña: en quién ocupaba las primeras filas de los mítines y hasta en la cartelería porque en la mayor parte de las carreteras de la zona era difícil encontrar una cara diferente a las de Feijoo y Pontón.

Incluso un feudo tan incontestable como el de José Manuel Pequeño en Dumbría se ha tenido que conformar con arrebatarle dos meses a los populares, cuando cita tras cita, incluso en las peores circunstancias, casi siempre ponía un punto rojo en medio de la marea azul.

En Camariñas, que tenía a su secretaria local como primera representante del sur de la comarca en la lista, sí se notó algo más el trabajo de calle, en el que esta vez populares y nacionalistas dominaron en casi todos los sitios, pero aun así no consiguieron evitar que los de Feijoo les superasen por cerca de 400 votos, con la mesa de Xaviña, la del exalcalde Bautista Santos y ahora del edil Sergio Caamaño, como único consuelo y además escaso porque únicamente los adelantaron por siete sufragios.

Con todo, los resultados de los socialistas siguen por encima de la media autonómica, con lo que no cabe achacar solo a cuestiones locales los malos resultados, que seguramente obedezcan a muchos otros factores y se enmarcan en un descalabro general con la irrupción de En Marea y el resistencia del BNG incluidas. Ahora bien, la condición de reserva socialista de la Costa da Morte queda muy tocada.