Pazos de Merexo recibe el tributo de Muxía

Patricia Blanco
Patricia Blanco CARBALLO / LA VOZ

MUXÍA

Pazos de Merexo, recogiendo el Premio María Amelia junto a sus hijos Pedro y María José.
Pazos de Merexo, recogiendo el Premio María Amelia junto a sus hijos Pedro y María José. fotos< / span> teresa búa< / span>

Manuel Pazos, de 88 años, fue galardonado con el Premio María Amelia y, además, se presentó el libro-disco «Pazos de Merexo. O acordeón diatónico da Costa da Morte»

13 abr 2015 . Actualizado a las 13:35 h.

Muxián ilustre, hombre agradecido y generoso, siempre con las puertas de su casa abiertas, poseedor de una gran vitalidad que transmite a través de la música, artista exquisito y con sentimiento, «músico extraordinario que leva toda a vida repartindo solaz»... Todas estas palabras le fueron dedicadas ayer a Manuel Pazos, Pazos de Merexo. Con 88 años, este maestro del acordeón diatónico recibió ayer el Premio María Amelia 2015, otorgado por el Concello de Muxía. No fue un día histórico solo por eso, por quedar saldada la deuda institucional con este artista, sino porque también ayer, ante un numeroso público, se presentó el libro-disco Pazos de Merexo. O acordeón diatónico da Costa da Morte. Fue la primera parte de un acto de homenaje cálido y emotivo. Muxía abrazó a su vecino.

Desde aCentral Folque, Ramón Pinheiro, el editor de la obra, promovida por el Concello, recordó el impacto que sintió cuando llegó a Merexo «vagando por esta marabillosa costa» y acabó dando con Pazos -Casa da Forreira- después de haber batido en la de José do Escolarta, amigo del primero desde la mili: «Foi unha emoción. Ver en activo un instrumento que dabamos por perdido, e con tanta vitalidade». Tuvo mucha tradición el acordeón diatónico en Galicia, pero permanecía perdida en la memoria hasta que descubrieron a Pazos, artista por sí mismo y con repertorio propio, sustento de la historia del instrumento. Pinheiro calificó la obra de «colectiva» y agradeció a todos cuantos colaboraron (fotógrafos, Concello, recuperadores de tradición como Olga Kirk y Pablo Díaz, la familia de Pazos...). «É unha emoción ter isto na man», apuntó el investigador.

Lo mismo opinaron los autores, Pedro Pascual y Xurxo Souto. El primero fue el encargado de hacer la transcripción musical de los temas al libro, seleccionando el repertorio más característico y notable, para lo que escuchó horas y horas de grabaciones de Pazos. La idea: que puedan tocarlos artistas de otros lugares, países a los que ya ha llegado el nombre de Pazos. «Tivemos a inmensa sorte de que o seu talento fose conducido cara a música», declaró Xurxo Souto, responsable de la parte escrita del libro. Suerte de que aquel primer acordeón llegase a Merexo desde Buenos Aires. El segundo desde el wolframio. Muchas anécdotas contó Souto de Pazos, entre ellas las protagonizadas con Kepa Junkera y Flaco Jiménez, o aquella vez que su acordeón sonó en Madrid como reivindicación de los ganaderos.

«Un home que é o noso embaixador, pero que, sobre todo, é un veciño de Muxía, un veciño de Merexo, que representa o mellor que temos, un municipio de traballadores da terra e do mar», expresó el alcalde, Félix Porto. Recordó que Pazos comparte con quien da nombre al galardón, María Amelia López Soliño, el ejemplo de que cumplir años no va reñido con aprender. María Amelia expandió el nombre y las historias de Muxía desde un blog que inició a los 95 años y que alimentó hasta su fallecimiento. Pazos de Merexo difunde Merexo y Muxía a través de la música. «Un acordeón que é reflexo do seu corazón, que falou a favor dos gandeiros, da emigración, da pena...», abundó. Ejemplo de «música traballada», de «arte que nace de xeito espontáneo». «Hoxe é un día deses nos que ser alcalde é un privilexio. Pazos ten xa recoñecido un lugar na historia do municipio. Grazas por ser como é», dijo Porto. Pazos de Merexo recogió el premio dando las gracias y respondió a tanto cariño como él sabe, tocando. No lo hizo solo, sino con acordeonistas de toda Galicia, esos «discípulos invisibles» que acudieron a Muxía para participar en el homenaje. Hoy los acordeonistas diatónicos no están huérfanos, porque la obra presentada ayer es un canon, indica el camino. Todo, de manos de este maestro de 88 años. Su familia agradeció el Premio María Amelia, el más grande «por ser o da casa». Pazos y el acordeón diatónico tienen relevo, empezando por su propio nieto Manuel.