La cofradía de Malpica fracasa en su primer intento de evitar la ruina

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

MALPICA DE BERGANTIÑOS

BASILIO BELLO

La subasta de la «Vila Pérez» quedó desierta y los empleados no cobran desde marzo

25 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La lancha que debía servir para sufragar parte de la deuda de la Cofradía de Malpica, y reducir los gastos de plantilla de la entidad, seguirá, de momento, amarrada a puerto. Nadie quiso ayer la Vila Pérez, la embarcación de vigilancia que fue «inaugurada» por la propia conselleira do Mar en las Festas do Mar del 2011, el mismo año en el que falleció el carismático secretario del pósito.

La subasta que se celebró ayer quedó desierta. A la sala de juntas solo accedieron los miembros de la junta general y algo retrasado un joven que hizo una propuesta económica que el cabildo rechazó.

Parte del dinero de la venta podría haber sido para pagar los salarios a los nueve trabajadores que mantiene la entidad, entre los que se encuentra el propio patrón mayor, Pedro Pérez Martelo, pero también a pagar indemnizaciones de otro hipotético ERE.

Los empleados llevan sin cobrar desde marzo, por lo que la semana que viene ya se les adeudarán tres meses. Aunque anteriormente hubo retrasos en el pago de las nóminas, este es el período más largo sin cobrar. La idea es poder abonarles algo, pero en el cabildo ya saben que no podrán abonar todos los emolumentos que tienen pendientes.

La desesperada situación económica en la que se encuentra la entidad ya ha obligado a despedir a dos personas, un lonjero y el conductor del camión, que servía para trasladar las redes del cerco. El vehículo también se puso a la venta, para intentar obtener fondos y reducir los gastos, pero los armadores del cerco lo necesitaban y decidieron comprarlo.

La lancha también hace falta porque el percebe de las Sisargas, sobre todo, queda desprotegido, pero los mariscadores ni siquiera se han avenido todavía a pagar una cuota, como ocurre en otros puertos, para afrontar parte del coste de los vigilantes que no pone la Xunta.

La reducción de gastos de plantilla, al margen de las dos resoluciones de contrato, terminó en mayo, cuando se cumplió un año del ERE de reducción impuesto a los trabajadores. Ahora tendrán estudiar nuevas medidas para intentar levantar la entidad, que acumula una deuda de unos 300.000 euros, sobre todo con Portos de Galicia. El pósito sido incapaz de rebajarla en estos años con las medidas adoptadas. Otras propuestas realizadas por la junta general, como la imposición de una cuota mensual por tripulante y embarcación, fueron rechazadas.

La flota de cerco, que es el principal sostén de la cofradía, descarga casi al completo en A Coruña. De hecho, en los días previos al San Xoán no hubo ventas de sardina en la lonja de Malpica, ni tampoco se realizaron guías. Muchos barcos ya se quedan en el puerto de Oza y el traslado de los tripulantes y el armador a sus casas se realiza por carretera.

La idea es seguir reduciendo la plantilla, que se considera sobredimensionada. Una de las propuestas es el traslado de la cofradía a la parte alta de la lonja, para que el mismo personal venda y realice tareas administrativas, pero la cofradía no tiene dinero para asumir la adecuación de las instalaciones y tampoco puede recibir subvenciones porque la deuda es con la Administración.

La plantilla está compuesta por nueve personas, entre ellas, el patrón mayor.

Falla el achique

La cofradía de Malpica es incapaz de taponar la vía de agua que la puede llevar al naufragio. El pósito fue alimentando un gigante que ahora está muy enfermo. Su economía está en la unidad de cuidados intensivos y tiene muy mal pronóstico, a no ser que se inventen soluciones imaginativas como han hecho entidades similares en otras latitudes. De lo que se tratar es de mirar cómo hicieron otros. De momento, el achique, falla.

 

El nuevo precio de partida de la «Vila Pérez» será de 35.000 euros para la última subasta, ya en julio

Uno de los motivos por lo que no hubo ninguna puja por la Vila Pérez podría deberse a que el precio de partida era demasiado alto. La embarcación, construida en el 2011, fue tasada en 40.000 euros y se consideraba que podría ser vendida por esta cantidad. No fue así, pero habrá una segunda oportunidad.

La lancha de vigilancia, de 8, 75 metros de eslora y un motor de 315 caballos, se volverá a poner a la venta por 35.000 euros, lo que supone una cuantiosa rebaja. Así lo decidió ayer la junta general, tras el fracaso de la primera subasta, acordada por la misma entidad el 19 de mayo pasado.

Todavía no hay fecha concreta, pero a tenor de los trámites que son necesarios, la embarcación estará a disposición de los pujadores en el plazo de dos semanas, ya en julio.

Cualquier persona podrá presentarse a la puja y tendrá que pagar en los siete días siguientes. La lancha también tiene radar, sonda y otros aparatos.