18 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Dicen que el dinero llama al dinero y lo mismo que se aplica a la opulencia puede extenderse a la escasez. Las deudas llaman a las deudas o, según el refranero, a perro flaco, todo son pulgas.

El can famélico en el caso que nos ocupa está representado por el Concello de Coristanco y la cofradía de Malpica. Como es natural, la situación desesperada en la que se encuentran ambas entidades es debida a malas gestiones, más recientes o más antiguas, pero también a la falta de atención de los que deberían controlar las cuentas y haber hecho una seria llamada de atención ante los problemas que se venían encima. Es cierto que el principio de responsabilidad debe prevalecer, pero para todos.

Dado que no han cumplido con los pagos ni con los requerimientos, ni la cofradía ni el Concello pueden recibir ayudas públicas, lo que vienen a ser las pulgas en el hueco de las costillas.

Es muy difícil, en estas circunstancias, poder levantar cabeza, por lo que hay que barruntar soluciones y en Malpica han pensado que podrán sobreponerse vendiendo patrimonio y reclamando la ayuda económica de los que han medrado con servicios gratuitos, pero financiados, en gran parte, con dinero público, amparados además para pagar los menos impuestos posibles.

En Coristanco achacan las dificultades pecuniarias a la falta de funcionariado, pero en realidad se trata de una cuestión que viene de muy atrás. De momento, no podrán prestar servicios necesarios, aunque los coristanqueses sigan pagando sus tributos.

En ninguno de los casos las deudas saldrán baratas, de hecho, a algunos les costarán muy caras.