Hadrián, un niño entre los estudios, el fútbol y la quimioterapia

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

MALPICA DE BERGANTIÑOS

El joven, enfermo de leucemia, recibirá sus primeras clases en su domicilio de Malpica el martes. Mientras trata de recuperarse haciendo deporte

11 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo primero que llama la atención de Hadrián Antelo es su mirada: intensa y llena de sinceridad. A sus once años, ha tenido que pasar por el duro trance de una grave enfermedad, diagnosticada el 8 de enero de este año: una leucemia en una de sus variantes más graves y con mayor índice de mortandad infantil. Pero ni él, ni su madre, Nieves Villar, se dieron por vencidos, pese a las nefastas noticias iniciales recibidas.

Hadrián cursaba en enero quinto de primaria en el CEIP Milladoiro de Malpica, localidad en la que reside junto a su madre, la abuela Lola y su hermano mayor, Jairo. Hadrián jugaba al fútbol: destacan de él sus grandes reflejos bajo los palos. Madridista confeso, su referente no es Iker Casillas, ni siquiera, Keylor Navas: «O meu porteiro favorito é Manuel Neuer», el cancerbero titular del Bayern de Múnich. «É moi bo e moi completo. O mellor, sen dúbida, do mundo», espeta con desparpajo el joven.

Hadrián era guardameta del Imperátor hasta el fatídico 8 de enero. Tuvo que dejarlo todo apartado y dedicarse a su recuperación: «Cheguei a pesar 32 quilos». Ahora ronda los 50 gracias a los guisos que elabora su madre. «Pasou de ser un quisquilloso a comer de todo», relata Nieves.

Una vez que su volumen de plaquetas empezó a repuntar y las duras sesiones de quimioterapia se lo permitieron, Hadrián Antelo comenzó a recuperar su vida, pero sin olvidarse de todos aquellos que han estado y están a su lado. De todos sus allegados, cita a Raúl: «Estivo pendente de min todo este tempo», relata en tono de agradecimiento. «O neno madurou moito, non lle quedou outra», añadió su progenitora. «A familia pasouno moi mal, pero, por sorte, todo vai ben. Aínda quedan sete meses de sesións de quimioterapia e logo dous anos con medicamentos antes de ser dado de alta», apuntó Nieves, quien ya tiene claro que Hadrián estará bajo estricta vigilancia médica los próximos diez años. Pero Hadrián no quiere esperar tanto tiempo y ya vuelve a enfundarse unos guantes para emular a su gran ídolo.

Protector

El problema es que Hadrián lleva implantado en la parte izquierda del pecho un Porta-Cath, un dispositivo que permite la extracción de muestras de sangre como la administración de medicaciones (quimioterapia), nutrientes o productos sanguíneos. El joven tiene que llevarlo durante mucho tiempo. Este mecanismo, implantado dentro de la epidermis, es incompatible con la práctica del fútbol, por lo que el niño buscó una solución: un protector para el Porta-Cath, que aguante los balonazos. Pero cuesta una pasta. El chaval se buscó la vida en los últimos meses mediante una serie de iniciativas, realizadas a título particular, para recaudar fondos: «Conseguiu 600 euros, pero aínda lle queda para poder comprar o protector, pero alí onde non chegue el, estarei eu», dijo su madre, mirándolo son complicidad. «Ninguén lle quitará a ilusión de volver a xogar ao fútbol», añadió.

Pero a partir de este martes, Hadrián tendrá que volver a compaginar, fútbol quimioterapia y estudios. El joven recibirá clases los martes y los jueves, dos horas cada día, en su casa hasta que finalice el curso. Su madre quiere que la Administración le amplíe las tutorías a inglés y música, aunque en la Xunta alegan que no pueden porque no hay recursos. Nieves insiste en su petición.

Mientras la madre mantiene el tira y afloja con Educación, Hadrián solo piensa en «ser científico para descubrir a vacina contra o cancro». Hadrián se define como un estudiante «normal», aunque paradójicamente es bueno «nas matemáticas». Mientras cumple su sueño de estar algún día en un laboratorio investigando, solo piensa en enfundarse los guantes con su protector para el Porta-Cath y seguir aguantando los balonazos que le manden. Vengan de donde vengan.

Apoyo de las ANPAS

Conocido el caso de Hadrián, tanto la Federación de ANPA da Costa da Morte como la Confederación de ANPAS gallegas señalaron ayer que se ha entregado un escritor en el Rexistro de la Xunta en el que demandan que se dé solución al problema de este pequeño. Ven una atención insuficiente por parte de la Administración educativa gallega, al impedírsele, apunta, su derecho a atención en el domicilio. A mayores de eso, las ANPA señalan su demanda de que no se dea solo respuesta a una situación puntual, ya que lo preciso sería un tratamiento normalizado para estas circunstancias, en todos los casos.