La obra pública ha mandado en Malpica en este mandato 

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

MALPICA DE BERGANTIÑOS

OLERÍA. El gran escaparate turístico de Malpica y una de las grandes apuestas de este mandato.
OLERÍA. El gran escaparate turístico de Malpica y una de las grandes apuestas de este mandato. ANA GARCÍA< / span>

El pacto entre PP y AIM no ha servido para sacar adelante el ansiado plan xeral

03 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El pacto entre el PP y AIM está a punto de concluir tras cuatro años de mandato en Malpica. El descalabro socialista en mayo del 2011, que terminó con 12 años de alcaldía para José Ramón Varela Rey, permitió coger el bastón de mando a Eduardo Parga Veiga, con el apoyo de Alfredo Cañizo Garrido. Esta mayoría ha servido para conseguir algunas de las obras públicas, con el apoyo inestimable de la Xunta, comprometidas desde mediados de los 90 en los programas políticos de las diferentes formaciones. El PP basó su programa de gobierno en dos aspectos: sacar adelante la depuradora, el centro de día y la guardería y, por el otro, eliminar la deuda de un millón de euros heredada del anterior ejecutivo. Y lo consiguió. Pero fracasó en dos puntos fundamentales: no sacó adelante el plan xeral de ordenación municipal y tampoco le dio una salida digna a la Casa da Auga, el proyecto faraónico del Plan E, en el que hubo una inversión de 1,5 millones de euros. El edificio sigue cerrado a cal y canto desde hace cuatro años (solo permaneció abierto un mes en plena campaña electoral)

Pese a esa apariencia de gobierno estable, la realidad es que las relaciones entre varios integrantes del PP y su socio de gobierno, el edil de AIM, Alfredo Cañizo, nunca fueron fáciles. Incluso hubo un amago de ruptura hace unos dos años que el propio alcalde frenó. Dentro del PP hubo quienes se mostraron a favor de gobernar en minoría y alcanzar acuerdos puntuales con otras fuerzas para sacar adelante los grandes. Al final prevaleció la tesis del regidor. En lo que respecta a la oposición, lo más destacado ha sido el descalabro socialista. Esta ruptura se ha escenificado en los plenos y concluyó con la marcha de Antonio Pereira, O Rulo, al grupo mixto. El oleiro anunció que irá de número 2 con Cañizo en las próximas municipales.

Es el punto fuerte y donde puede presumir el gobierno malpicán. Logró que las Administraciones invirtieran casi 7 millones de euros en plena crisis. Este dinero sirvió para sacar adelante la archifamosa estación depuradora de aguas residuales, el centro de salud de Buño y la guardería municipal. Sin embargo, el ejecutivo local fracasó de lleno en su intento de darle una salida digna a la piscina municipal, una obra ejecutada entre el 2009 y el 2010 con los fondos del Plan E y que supuso una gran inversión. El Concello argumenta que los constes de mantenimiento son elevados y que las empresas interesadas exigen al Ayuntamiento sufragar parte de los costes, pero cuatro años después, la Casa da Auga continúa cerrada sine die. Tampoco sigue sin haber noticias del proyecto de construcción de la nueva lonja, una iniciativa impulsada por el expatrón mayor Genaro Amigo, y que Portos de Galicia ha frenado en seco alegando falta de presupuesto.

Pese a los esfuerzos, Malpica sigue enquistada con los problemas de tráfico y aparcamiento. Su única salida es el puerto, pero la puesta en marcha del travelift solo ha servido para aumentar el caos circulatorio, sobre todo en verano. La última solución de emergencia fue derribar la antigua lonja para ganar una veintena de plazas de estacionamiento.

El otro punto fuerte dentro de este balance. El equipo de Eduardo Parga heredó una deuda de un millón de euros en facturas sin pagar (es cierto que en el arqueo de caja dejado por los socialistas había un millón de euros). Fenosa llegó a amenazar en su día con cortar el servicio público si el Concello no le abonaba una deuda de 480.000 euros. Para reducir los números rojos el ejecutivo subió los impuestos y tasas municipales (algunas normativas estaban todavía cifradas en pesetas), Medidas impopulares que le acarrearon al PP y a AIM las críticas de la oposición. Además, el Ayuntamiento tuvo que recurrir al plan de pago a proveedores, pidiendo 274.000 euros, ya amortizados.

El binomio PP-AIM optó por potenciar el turismo con la puesta en marcha de iniciativas como la feira mariñeira o la medieval, así como impulsar la marca Malpica en Fitur. Pero fracasó en la promoción del pequeño comercio. El presidente de los autónomos, Francisco Quiroga, fue claro al respecto: «Collimos unha entidade con 40 socios e agora soamente quedan uns 15. O pequeno comercio en Malpica está a morrer», dijo recientemente a La Voz. El Concello, a diferencia de otros de la Costa da Morte, no ha sabido explotar propuestas como los obradoiros de emprego y se ha limitado a participar en los diferentes programas para la contratación de personal de obras, medio ambiente y socorristas.

El gran éxito de este mandato fue poner en marcha la exitosa travesía a nado Sisargas-Malpica, propuesta de Daniel Gambón en honor a su abuelo. La prueba, de 4,2 kilómetros de longitud, se ha convertido en un referente a nivel autonómico.

Otro de los puntos débiles en la gestión del PP-AIM fue su política urbanística. Pese a ser una de las promesas electorales (también lo fue para el PSOE y el BNG), el Concello de Malpica sigue anclado a unas normas subsidiarias del año 1995. El Ayuntamiento optó por no adherirse a la Axencia de Protección da Legalidade urbanística (APLU). Las sentencias firmes de derribo siguen adelante: naves industriales, complejos hosteleros o viviendas como el piso de Rueiro da Praia, casas unifamiliares en Monte Insua (Barizo) y, sobre todo, el procedimiento judicial abierto por la concesión de licencia y construcción supuestamente ilegales de un edificio de la Atalaia, que ha salpicado al exalcalde José Ramón Varela, al actual regidor, Eduardo Parga, al exconcejal Fernando Couto, al edil no adscrito (exsocialista) Antonio Pereira, O Rulo, y a una exsecretaria arquitectos municipales. El PXOM, cuyo documento de inicio se remitió a Medio Ambiente el 30 de diciembre del 2011, sigue sin resolverse y con visos de que la tramitación será larga y compleja porque Malpica es uno de los municipios más afectados por el Plan de Ordenación do Litoral (POL).

Este mandato se ha caracterizado por potenciar la Mostra oleira y la puesta en valor del Forno dos Mouróns y da Costa a los que hay que sumar el de O Forte. Queda el Forna da Lucha, en estado de abandono pero la compra de la parcela y su restauración supondría una inversión de 75.000 euros. Sin embargo, el gobierno ha sido incapaz de hacer regresar al antiguo centro comarcal la colección del etnógrafo Luciano García Alén, dueño de 300 piezas de cerámica, algunas únicas.

Lo que se hizo bien. Iniciar las tres grandes obras públicas: la EDAR, la guardería y el centro de salud de Buño. También logró reducir la deuda, eso sí, a cambio de subir impuestos y tasas.

Lo que se hizo mal. Malpica sigue sin PXOM después de que el equipo redactor remitiese el documento de inicio hace tres años y tres meses. Tampoco se sabe nada del regreso de la colección oleira de García Alén. Y la piscina sigue siendo un edificio muerto a la entrada del pueblo.

La travesía a nado, el gran acierto deportivo