«El tinto de verano es la mejor forma de empezar a beber vino»

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

FISTERRA

Ana Garcia

El enólogo Luis Paadín dirige esta tarde una cata con 14 vinos gallegos en el hotel Bela Fisterra

11 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Luis Paadín (A Coruña, 1960) es enólogo y divulgador de la cultura del vino. Como tal esta tarde dirigirá (19.00 horas) una cata en el hotel Bela Fisterra.

-¿En qué consiste el acto?

-Se trata de una selección de vinos de los 900 que hay en la guía que escribí y que es la más amplia que existe. Se trata de que la gente sea capaz de viajar a través de los vinos, que sean honestos, a las zonas de las que proceden. Se presentarán 14 caldos, entre ellos un espumoso único, que irá muy bien con el mar de Fisterra. Acabaremos con vinos cuyas cepas tienen más de 100 años.

-¿Qué le diría a un amante del vino que no es un entendido?

-Lo primero, que no sea marquista, que esté dispuesto a probar cosas nuevas y que piense que un vino no es solo la uva, sino que, por extensión, es un reflejo del entorno. Lo veo en la docencia, Los alumnos prueban un Rías Baixas y son capaces de decir de qué valle procede.

-La cata es a las siete de la tarde. ¿Es buena hora para un vino?

-Es la mejor hora, no para catar, que son las ocho de la mañana. Para disfrutar, media tarde o antes de comer.

-¿El vino no tiene por qué ir ligado siempre a la comida?

-El vino tienen que acompañar, como mucho, un plato, pero no debe ser superado. Tiene que mejorar lo que estamos viviendo, ya sea un paisaje, una lectura o una conversación. Tenemos suficiente variedad en Galicia para encontrar un vino que nos acompañe cada uno de los momentos.

-¿Y si me gusta el tinto de verano?

-Es la mejor forma de empezar a beber vino, yo no soy ningún talibán, tengo problemas con mis compañeros porque siempre digo que ojalá hubiera más calimocho porque es la manera de empezar y luego terminar tomando grandes caldos.

-En esto del vino creo que hay mucho postureo.

-Mucho no, todo y por parte de todos, desde los sumilleres que los hay pedantes hasta los cocineros que los hay sobrados pasando por los aficionados que porque tomaron dos vinos ya creen que lo saben todo. Creo que era Alejando Dumas que decía que la comida es la parte material de la alimentación y el vino la parte espiritual, Es cierto que siempre ha sido considerado algo casi sagrado. Yo creo que en estos momentos en que el vino no es para una élite, sino para todos, tiene que volver a ser un miembro más de la familia en la mesa y que los niños vean que el hecho de beber vino de manera civilizada no va pervertir a nadie ni convertir a nadie en un alcohólico, sino todo lo contrario. Puede llevar a la mesura, a la reflexión. Yo siempre digo que desde que bebo vino exclusivamente, no me emborracho.

-Sin embargo, siendo España un país de vinos, lo que más se bebe es cerveza.

-Nosotros somos una anomalía gigantesca y porque hay una atomización tremenda. Hay 10, 20, 30 o 40 grandes grupos cerveceros, pero bodegas hay miles, casi 5.000. Eso conlleva una disgregación del sector. Hay que tener en cuenta también que la cerveza no es como el vino, que sobrevive al paso del tiempo. En base a eso la han hecho como una bebida ligera, pero si te fijas, en los anuncios están apostando por llegar a gente más mayor, haciendo cervezas de todo el año y en la publicidad se trata ya como si fuera vino.

-¿Qué le parece cuando piden un vino, sin más?

-Cuando tenía la vinoteca y trabajaba tengo que reconocer que normalmente la gente se fía, se deja levar y aconsejar. Porque cuando uno va al bar no va muerto de sed, con ganas de beber vino, sino de socializar. Es bueno relajarse y de vez en cuando que decidan por uno.

-Sí, pero cuando llega la hora del gin tónic si tienen clara la marca y todo lo demás.

-Ahí, en las copas, hay más postureo incluso que en el vino. En un bar puede haber 4, 5 o 6 ginebras como mucho, que son las que la gente conocer normalmente, pero marcas de vino hay muchas. El mundo del vino es mucho más amplio.