Atractivos principales de la zona siguen cerrados en pleno verano

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

FISTERRA

santi garrido

El caso más llamativo es el del faro de Fisterra, aún sin acuerdo entre las entidades

21 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El mes de julio ha superado ampliamente su ecuador, el final de la temporada de verano se encuentra a la vuelta de la esquina y algunos de los principales atractivos patrimoniales, culturales y turísticos de la Costa da Morte van a seguir recibiendo a los visitantes con las puertas cerradas sin que a estas alturas se rasgue ya nadie las vestiduras, por muy alarmante que parezca en una comarca que se supone va a tener que vivir en gran medida del turismo.

Siguiendo la ruta del Camino, los peregrinos nada más cruzar A Ponte Olveira y entrar en la comarca, se topan ya con el primer cerrojo. Si bien es cierto que el Concello de Dumbría es el que más servicios de información, atención e incluso alojamiento público tiene, sigue con un lunar plantado en su puerta de entrada, el Refuxio da Ponte, que estaba llamado a ser un primer punto de información de la zona, funcionó durante años como cafetería y restaurante, pero desde que se fue el concesionario a finales del año pasado sigue cerrado. Algo similar a lo que ocurre con el Centro de Interpretación da Electricidade de O Ézaro, que funcionaba a trompicones en los últimos tiempos de Neria, en parte gracias a la colaboración de FerroAtlántica, pero ha languidecido al mismo paso que la asociación supracomarcal, hoy completamente agónica.

Con este declive de Neria llegó también el del Museo Marítimo Seno de Corcubión, propiedad de la familia Castro Rial y hoy ya no solo cerrado sino en franco proceso de deterioro porque incluso llueve dentro en muchos puntos. El arqueólogo subacuático Miguel San Claudio estaba interesado en darle vida, porque se ha quejado muchas veces de que un bien de ese calibre se encuentre en una situación tan precaria. El Concello también tiene interés en que se abra y la Deputación, como manifestó el carballés Xosé Regueira en la última visita, estaría dispuesta a apoyar el proyecto, pero, por el momento, ni siquiera ha habido contactos formales con la propiedad.

Proyectos que nunca llegan

Capítulo aparte merecen los faros y ya no solo el de las Lobeiras -por el que resurgió el interés cuando se supo que una empresa quería hacer algo en él- o el de las Sisargas, sino que otros que se encuentran en tierra firme y en lugares muy simbólicos, caso de Touriñán, se limitan ahora a una reparación exterior, sin que el verdadero proyecto para ponerlo en valor -el Concello pretende hacerlo con ayuda del GALP y dinero de los eólicos- se atisbe todavía en el horizonte.

De las colecciones privadas mejor ya ni hablar, porque han desaparecido por completo del debate. La del fotógrafo muxián Ramón Caamaño, que recoge una parte importante de la historia de la comarca durante el siglo pasado, sigue en el olvido porque nunca llegó a haber un entendimiento real entre los herederos y la Administración. Tampoco la colección etnográfica del sacerdote José Lago Cambeiro, que conserva su familia en varios pabellones de Riotorto (Muxía) está abierta al público y Malpica, de forma aún hoy difícilmente explicable perdió la colección oleira de Luciano García Alén.

Sin embargo, el caso más sangrante de todos es, sin duda, el del faro Fisterra. La Autoridade Portuaria -que ahora realiza obras en el exterior- sigue haciendo oídos sordos a las demandas del Concello para hacerse cargo del punto más visitado de toda la Costa da Morte y uno de los que más de toda Galicia. Con Neria prácticamente desaparecida, el gobierno local tampoco ha logrado activar fórmula alguna para abrirlo.

El patrimonio religioso es el más olvidado en cuanto a su uso turístico y divulgativo

Para encontrar una iglesia en el Camino -que no hay que olvidar que en gran medida tiene un sentido religioso- con un horario de apertura más o menos reglado hay que irse hasta Santa María das Areas de Fisterra, que ahora en verano abre de 10.00 a 13.00 y de 16.00 a 19.00 horas todos los días con entrada gratuita. Únicamente se le cobra una pequeña cantidad a las grupos organizados que quieren celebrar misa en el templo.

Sin embargo, en toda la ruta, y también fuera de ella, hay decenas de edificios religiosos, algunos de ellos con una historia y valor artístico que no desmerece a Santa María das Areas, en los que los visitantes solo pueden ver el exterior, a no ser que se dé la casualidad de que coincida con los oficios, cada vez menos, o que alguno de los responsables se encuentre allí en esos momentos. En Moraime ahora parece que se le va a poner remedio con la apertura del alojamiento de la rectoral, pero el balance general es del todo insuficiente.