«La fotografía la disfrutas ahora, en vacaciones, que es cuando te relajas»

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CEE / LA VOZ

FISTERRA

JORGE PARRI

Este joven fisterrán ha pasado de asfaltar carreteras en Suiza a ser el fotógrafo oficial de uno de los más conocidos concursos de belleza del país, hacer bodas por Europa y dar cursos por toda España, incluido su pueblo en el que está de vuelta

16 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Emilio Domínguez Domínguez (Fisterra, 1982) ha encontrado en Suiza la oportunidad de vivir de la fotografía, que es su pasión, y ahora, de regreso en su pueblo, explica el camino recorrido y da claves, más de entender a la gente que de obturadores y diafragmas.

-¿Fue a Suiza ya a trabajar de fotógrafo?

-Nada que ver con la fotografía. Fuera cuando empiezas siempre te dan los peores trabajos. Yo estaba en la construcción con el alquitrán y cuando pude cambié a un hospital. Ahí, en el 2010 fue cuando tuve ya un poco de tiempo para ir a cursos. Acudí a uno a Mallorca y me interesaba el paisaje. Lo dejé pronto y me pasé a la naturaleza. Estuve en Madrid y Andalucía en el 2013. Ahí fue donde entré en contacto con la moda y ya no paré. Tuve mucha suerte en Suiza, gracias a un Míster Suiza Francófona. Le gustaron mis fotos, se lo dijo a sus jefes y me contrataron. Estuve un año trabajando con ellos y lo dejé. Ahora estoy con una diseñadora suiza y hacemos bastantes trabajos juntos. También hago bodas por Europa. Acabo de venir de una en Europark en Alemania. Tengo una en Vigo, otra en Portugal, otra posible en Sevilla y, además, doy cursos en Madrid, Granada y en Fisterra, el que más ilusión me hace, el 30 de septiembre y el 1 de octubre.

-¿Cómo se trabaja en la fotografía de moda?

-Tienes que tenerlo todo muy organizado antes, ya sea para un desfile o simplemente para el blog de ellos. Son muchas horas, sobre todo de maquillaje y luego tú en media hora tienes que ser capaz de sacar buen material, no es como una boda en la que tienes todo el día. Por ejemplo, en el concurso de Miss Suiza Francófona eran cuatro sesiones oficiales al año, con 40 personas en dos días. Cogías a una a las nueve y tenías que dejarla a las nueve y cuarto y así, unos 10 minutos para cada una. Luego al final con los que ganaban sí que tenías más tiempo para ti.

-¿Cuál es el ambiente?

-No todo es bonito. Trabajas con personas en algunos casos ya famosas que está acostumbradas a que todo el mundo le diga lo maravillosas que son y -como decirlo para no quedar mal- tienen su personalidad, con lo que acabas saturado. La fotografía la disfrutas ahora, en vacaciones, que es cuando te relajas. Al principio lo coges con muchas ganas, con mucho ímpetu, pero este mundo es bastante hipócrita y tienes que saber quedar bien con quien te habla mal. Es todo muy psicológico, de mucho diálogo.

-¿A quién le saca más a una profesional o a alguien que no ha posado previamente?

-Lo conocido no falla. Si te contratan para trabajar con una profesional ya sabes que funciona. Luego así a nivel más personal, buscando gente por las redes, por la calle, con la que te tomas un café te llevas muchas sorpresas. Hay a quien le gusta y gente que se queda bloqueada y no puede. La niña más guapa no es la que más vale para la moda. Tiene que saber jugar con la cámara... Por ejemplo, hay dos chicas de aquí del pueblo con las que me encanta trabajar. Una se llama Carla y es muy guapa. Nunca posara, la llevé un día a Mar de Fóra y fue un espectáculo. La otra es Marta Lado que también es muy guapa, pero no tiene una estética para modelo. No es del tipo «soy bonita y quiero que me hagas una foto bonita». Entiende el juego, el teatro, la película que tiene esto y una fotografía suya siempre es foto de portada.

-¿Qué opina de los premios y los concursos?

-No me convencen. Fui a uno de esos en los que eliges a la gente y ellos deciden si quieren o no trabajar contigo. Le preguntabas a una y te decía: «Estoy esperando por tal fotógrafo». Había allí una chiquilla que no quería nadie, una maquilladora que tampoco elegían y yo, la tropa de los apestados. Le hice tres fotografías y fueron elegidas, cada una por un jurado diferente, las tres mejores del concurso, aunque tuve que quedarme con una. La chica está con un curso de actriz en Nueva York y la maquilladora trabaja conmigo desde entonces.

Un pequeño cuestionario, para los más cotillas

-¿Nikon o Canon?

- Nikon.

-¿Un sitio?

- Monte Facho. Es a donde voy cada vez que necesito paz.

-¿Alguien para ir de cañas por Fisterra?

- Mis amigos. No voy a concretar porque sino fijo que la lío.

-¿Caña o gintonic?

- Agua. Soy más de agua.

-¿Una comida?

- Centolla. Lo siento pero es mi comida favorita.

-¿Una hora del día?

- La fotografía es luz y sino hay luz no hay foto. Con lo cuál solo hay dos horas del día perfectas, o por la mañana muy temprano o una hora antes de que se ponga el sol.

-¿Como convencería a un Suizo de que visitase la Costa da Morte?

- Sobre todo los convencería por la gente que hay aquí: habladora, hospitalaria, agradable,... porque los suizos son bastante fríos, y luego por las playas y la comida, con eso seguro que no fallaba.