La huelga de buses saca a la luz el negocio de los taxis sin licencia

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

FISTERRA

Jorge Parri

La asociación fisterrana del sector denunció a una agencia turística de la localidad

30 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La falta de servicios mínimos en la huelga de autobuses hizo saltar el martes y el miércoles el frágil equilibrio que permite la coexistencia más o menos pacífica entre taxistas y agencias que prestan servicios de transporte de viajeros sin licencia. Como ya ha ocurrido en otras ocasiones, hubo denuncias y controles de Tráfico. La crisis puntual que se vivió en Fisterra es solo una muestra de un negocio que se alimenta de los peregrinos y que es en muchos aspectos ilegal, aunque se anuncia tanto en la calle como en Internet.

La falta de autobuses dejó aisladas en Fisterra a centenares de personas que tenían que viajar para coger un avión en Oporto o en Santiago. Así lo explicó Manuel Canosa, que tiene una agencia de viajes y que fue acusado por la asociación de taxistas de realizar múltiples viajes para dar salida a personas que habían comprado billetes de Monbus, la empresa que tiene la línea de Fisterra, y que no pudieron utilizarlos porque no hubo servicio.

Manuel Canosa aseguró ayer que se había tratado de una cuestión «de forza maior» y que «os taxistas estaban todos ocupados». De hecho, durante la mañana no hubo disponible ninguno de los 9 taxis legales que hay en Fisterra, pero por la tarde estaban en la parada y, a pesar de eso, desde la agencia siguieron realizando transportes. Fue entonces, cuando desde la asociación decidieron llamar a Tráfico, que ha tenido que intervenir en otras ocasiones por el mismo motivo.

Manuel Canosa recordó que estos días contrató «máis de corenta viaxes en taxi» y que trabaja habitualmente con este colectivo, además de señalar que es colaborador de Monbus, ya que vende sus billetes, por lo que, de algún modo, se consideró responsable de dar servicio a los clientes. «Se perdes un avión porque quedaches aillado non vas ter moi bo recordo dese lugar e nós queremos que a xente leve un bo recordo de Fisterra», argumentó Manuel Canosa. La relación de la agencia con los taxistas podría ser la razón por la que los profesionales, tanto de Fisterra como de Muxía no quieren ser identificados. Temen represalias, reconocieron.

El 70 % de las ganancias de taxi sobre todo en Fisterra y Muxía se concentran en estos meses y la inmensa mayoría de los servicios son para turistas en general y peregrinos en particular.

Manuel Canosa se arriesgó a llevar a los viajeros afectados por la huelga «porque se a xente queda tirada, ao mellor, non volve». «Ían polas estradas, como se isto fose Tanzania», explicó. Recomendó a los taxistas «que aprendan idiomas» y denunció que nadie hizo nada para solucionar el problema.

«Despois de dous días caóticos en Fisterra e de que Tráfico me parara dúas veces con clientes, estou moi cabreado. Á xente había que sacala como fose e na axencia facemos o que hai que facer», dijo. Además advirtió a los taxistas: «O inimigo non son eu».

Los dos bandos se acusaron de intrusismo. Desde la agencia se quejan de que los taxis realizan excursiones turísticas, y desde la asociación hacen la misma acusación, pero en el sentido contrario.

En Muxía también son nueve los taxis y estos días han trabajado mucho, de hecho, la localidad se quedó sin el servicio.

Allí denuncian a un taxista que tiene licencia en Mazaricos, pero que realiza servicios por toda la zona, a pesar de que legalmente solo puede hacerlo si el punto de salida o destino es el municipio donde tiene la autorización. Además ha adquirido una furgoneta de 8 plazas que alterna con el taxi una práctica bastante habitual.

En Internet es fácil encontrar ofertas para traslados. Una empresa de Santiago permite elegir incluso el tipo de coche y realizar rutas con salida y llegada a Fisterra. Ir a Lisboa sale por un mínimo de 729 euros y un máximo de 1.269 euros, en limusina. A Santiago son 124 euros en berlina de lujo, para tres pasajeros como máximo. Las reservas se realizan por Internet.

Estos servicios son cada vez más habituales en la comarca e incluye el transporte de bicicletas y mochilas. La inmensa mayoría de los recorridos están ligados al Camino de Fisterra y de Muxía, pero hay servicios de todo tipo, con textos en inglés para los extranjeros.

Batalla de precios para conseguir clientes entre los peregrinos

 

 

Aunque solo hay 9 taxis en Fisterra y otros tantos en Muxía, cada vez hay más competencia e interés por captar clientes sobre todo entre los peregrinos, lo que ha abierto una guerra de precios. Para los que terminan el Camino hay ofertas «low-cost» anunciadas en carteles, en páginas como taxisantiagofinisterre.com, de A Picota, que cobra 5 euros por mochila y tiene una ruta de puntos de recogida que une Negreira con Muxía y Fisterra.

La página caminocomodo.es ofrece descuentos del 20% y traslada a los viajeros desde Fisterra a Santiago por 75 euros y desde Muxía a Lavacolla, por 80, para un máximo de 4 personas con mochilas o bicicletas incluidas en el precio. En el caso de que sean más de cuatro los viajeros el precio es el mismo, pero se abonarán otros 5 euros por cada «pilgrim» a mayores, con un máximo de ocho.

En un taxi normal de Fisterra, el recorrido hasta Santiago cuesta 80 u 85 euros, un precio sensiblemente superior. «Traballamos seis meses para vivir todo o ano», dicen los taxistas.