Las carencias en la gestión turística afloran todas juntas en Semana Santa

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

FISTERRA

JORGE PARRI

El caos de tráfico, la falta de servicios y de una coordinación comarcal invitan a la reflexión de cara a la temporada estival

20 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La Semana Santa fue un éxito absoluto en la Costa da Morte, por afluencia de visitantes, por el tiempo e incluso por la cantidad de actividades programadas, pero al mismo tiempo puso más de relieve que nunca carencias estructurales del sector turístico comarcal, lo que invita a la reflexión de cara a la temporada de verano que se acerca y al puente de mayo que está a la vuelta de la esquina.

¿Cuáles son las principales deficiencias?

Lo que más ha saltado a la vista ha sido el déficit en la gestión del tráfico, sobre todo en el faro Fisterra, pero también en otras zonas como Vilán, o en la cascada de O Ézaro, donde hubo presencia de Protección Civil casi permanente. Faltan estacionamientos, indicaciones claras y, sobre todo, vías de salida. La propia orografía de los enclaves en los que se encuentran los principales atractivos: cabos, pueblos pequeños, carreteras secundarias,... hacen que buena parte de ellos se conviertan en embudos cada vez que se produce una avalancha como la de estos días pasados. En algunos casos darle una solución técnica óptima es cosa de varios millones de euros, pero hay numerosos ejemplos por el mundo de sitios parecidos que funcionan bastante mejor. Las restricciones a la circulación, el empleo de autobuses o incluso el cobro de tasas por estacionamiento en determinados lugares son algunas de las fórmulas que aplican para que lo que tenía que ser una agradable visita turística no acabe convertida en un auténtico suplicio. Sirven para que no ocurra como pasó estos días en Fisterra, por ejemplo, donde mucha gente se dio la vuelta sin siquiera acceder al cabo por no soportar la aglomeración.

¿Qué falta?

Faltan recursos, pero sobre todo organización. El Concello de Fisterra, por poner un ejemplo, solo tiene tres policías. Para el verano quiere contratar dos auxiliares, pero se las ve y se las desea para apartar del presupuesto el dinero necesario. Los municipios turísticos, salvo ejemplos contados como el acceso a alguna subvención en los que están declarados como tal, no reciben más ingresos que el resto, pese a que por momentos puedan duplicar o incluso triplicar su población, con lo que eso supone en limpieza, recogida de basura y otros gastos. Sin embargo, hay cosas como fijar sentidos en la calle o restringir accesos, que pueden ser complicadas de gestionar, pero que no consumen tantos recursos.

¿Quién debe implicarse en planear el futuro?

En sentido estricto las competencias turísticas son de la Xunta y hay varios organismos, entre ellos el Xacobeo que tienen la voz cantante, aunque en pleno siglo XXI y con este sector convertido en la tabla de salvación de muchos pueblos de la comarca, no se entendería que los concellos se pusieran de perfil. En principio prácticamente todos lo consideran una actividad prioritaria, pero a la hora de poner sobre la mesa dinero y esfuerzos la cosa cambia. El alcalde de Dumbría, José Manuel Pequeño, asegura que empieza a estar harto de que todo recaiga sobre las espaldas del Concello y se queja, por ejemplo, de la falta de colaboración del GAC para acometer la nueva pasarela de O Ézaro. En todos sitios, también en Dumbría, hay instalaciones cerradas, algunas que claman al cielo como el faro Fisterra y en menor medida el de Touriñán. Junto a esta parte más política y administrativa, la empresarial tampoco acaba de arrancar, al menos en el plano de la colaboración. Hay entidades que realizan actividades interesantes, como ahora la CMAT en cuanto a formación, pero que siguen a años luz de lo que se espera de ellas, como aglutinadoras del territorio y de la iniciativa pública y privada.